martes, 16 de marzo de 2010

Aquello a lo que los humanos llaman celos

Capítulo 9

JASPER´S POV

Los días volvían a ser oscuros, la lluvia volvía a caer fuertemente sobre la ciudad, y nuestras actividades volvieron a ser las mismas. Lo único que había cambiado era que la relación que teníamos Alice y yo se había vuelto mucho más seria.

Caminábamos juntos por los pasillos de la secundaria, tomados de la mano como cualquier otra pareja de enamorados. Ya nuestra relación había cambiado de sólo miradas a demostrarnos todo lo que sentíamos por medio de besos y caricias.

Eso me hizo pensar en un pequeño asunto que aún tenía que aclarar: Alexander. Mientras él estuviera cerca, no podía estar tranquilo.

Tenía que encontrarlo; hacerle entender que ahora Alice me pertenecía; decirle que quería que se largara y que no volviera nunca más.

-Oye, Jasper, ¿me estas escuchando? –preguntó ella al verme de nuevo distraído. -¿Qué piensas sobre mi propuesta?

-Lo siento –me disculpe arrepentido. –En este momento tengo la cabeza en otra parte… ¿de qué propuesta me estás hablando?

-¡La de tener una sola habitación! –exclamó ella bastante molesta. -¿Por qué nunca me pones atención?

-En verdad lo siento –me disculpé de nuevo. –Estaba pensando en algo importante. No fue mi intensión, de verdad…

-¡Claro! Nunca es tu intensión, ¿verdad? –se quejó. –¡Para ti todo es más importante que lo que yo quiera decir! ¿No es así?

-¡No es cierto! –repliqué. -¿Qué está sucediendo contigo?

-¿Quieres o no compartir el cuarto conmigo?

-Claro que sí, Alice –afirmé sonriendo un poco. –Es lo que más he deseado desde que te conocí. Te prometo que hoy, después de clases, apenas llegue a casa, me mudaré a tu habitación.

-Tendremos que comprar una cama más grande –se rió. –Pero, a decir verdad, no me gustaría tener que cambiar la decoración. Me gustan mis cortinas rosa y animales de peluche.

-Mmm… el cuarto seguirá viéndose muy femenino –me quejé. –¿No podríamos cambiar algunas cosas?

-Me gusta como se ve así –puntualizó. –Pero podrías convertir tu habitación en un estudio, que sea decorado a tu gusto. Eso sí, me gustaría tenerte para mí durante las noches.

-De acuerdo –accedí; no me gustaba verla enojada, y mucho menos que la sonrisa desapareciera de sus labios. –Te prometo que pasaré todas las noches que quieras contigo a partir de mañana. Le prometí a Emmett que hoy iría con él de cacería. Ya sabes como es él, si me niego de un momento a otro, comenzará a ponerse fastidioso.

-Está bien –dijo, haciendo un pequeño puchero. –pero prométeme que mañana todo el día será mío.

-Mañana y todos los días que quieras –le respondí, dándole un pequeño beso en la frente. –Nos veremos después de clases.

(…)

La tarde llegó lentamente. Ahora esperaba a Alice en el aparcamiento para ir a comprar la cama de la que habíamos hablado.

Ella llegó corriendo hasta donde yo me encontraba. Su sonrisa resplandecía y su cara tenía una gran expresión de felicidad.

-¿Lista?– le pregunté, abriendo la puerta delantera del auto.

Ahora que nuestra relación era más seria, ella y yo viajábamos en el mismo auto, solos.

-Yo siempre estoy lista –murmuró, antes de besarme en los labios.

Pasamos por varias tiendas antes de decidirnos por alguna. Según ella, no era una decisión que se pudiera tomar a la ligera, pero final la encontramos.

No me costó mudarme de cuarto pero, lamentablemente, tendría que dejar el arreglo de mi estudio para el día siguiente, ya que Emmett me estaba esperando fuera de la casa para que nos fuéramos a hacer nuestra nueva investigación. Afortunadamente, esta vez no iba disfrazado ni nada parecido.

-¿Por qué tardaron tanto? –se quejó Emmett cuando por fin quedé un poco más desocupado. –¿Ya nos podemos ir?

-Sí –afirmé con seriedad. –Vamos, tenemos que encontrar a Alexander cuanto antes. ¿En qué lugar crees que pueda encontrarse?

-A mi me parece que el lugar más probable es la casa de su madre –indicó él. –Sí, ahí debe estar.

-¡Claro que no! –exclamé, negando con la cabeza. -¿Cómo se va a encontrar ahí? No tiene ningún sentido.

-¡Tiene todo el sentido del mundo! –puntualizó. –¡Dime una buena razón para que no éste ahí escondido!

-Porque de seguro ya la habría matado, Emmett –eso solo podría pasar por la mente de él. Nadie era tan inocente como él. –No tiene ningún sentido lo que dices. ¿Acaso sabes dónde queda esa casa? Debe estar muy lejos de aquí. Ni siquiera uno de nosotros sería tan rápido.

-No– tuvo que admitir. –Pero estoy seguro de que existe. ¡Lo que pasa es que tú crees que siempre tienes la razón!

No respondí. No iba a discutir con él como un niño.

Tan solo me dirigí al primer lugar dónde me pareció lógico que podía estar: La fábrica abandonada que se encontraba en el centro de la ciudad.

No logramos encontrar nada, pero antes de que saliéramos de ahí, el edificio se comenzó a incendiar con nosotros dentro.

Definitivamente, Alexander estaba jugando con nosotros, él sabía que vendríamos a buscarlo y nos tendió una trampa. Pero ya vería ese tipo… ¡ya me las pagaría todas juntas!

Tuvimos que salir corriendo del lugar, el cual empezaba a explotar y sucumbir poco a poco en las llamas.

Todos los lugares a dónde fuimos a investigar estaban completamente vacios, o ya habían desaparecido.

-Oye, Jasper –dijo Emmett, dudando un poco. -¿Crees que Carlise se moleste si convierto a un oso y lo llamo Señor Osito?

-¿Un oso vampiro? –pregunté sin poder creerlo. Sabía que Emmett estaba un poco loco, pero jamás me imaginé que fuera para tanto. –No creo que sea buena idea. Además, no creo que al oso le agrade mucho su nombre tampoco.

-¡Pero si es un excelente nombre!– exclamó él. -¿Qué nombre le pondrías tú a un oso?

-Cualquiera menos ese –contesté, riéndome un poco.

Caminamos por casi todo el pueblo en busca de pistas… Tal vez Alexander prefería mostrarse en algún lugar en especial o algo parecido, pero no había nada.

-¿Por qué no le preguntamos a los peces?– preguntó Emmett con mucha alegría. –Tal vez ellos lo hayan visto y sepan dónde está…

-¿Y cómo se supone que vamos a hacer eso? –interrogué, bastante sorprendido… ¿peces?

-Como siempre he dicho, un buen detective siempre tiene que tener un traje para toda ocasión- ¡Oh, no! ¿Ahora de que tenía pensado disfrazarse? –¡Sólo espera aquí y ya verás!

Tomó unos cuantos segundos en regresar… Lo malo de Emmett es que nunca sabes lo que puedes esperar de él.

¡Esto era completamente ridículo! ¡Esta vez había decidido traer su disfraz de Acuaman consigo! ¡Realmente lo veo y no lo creo!

-¡Señores peces!– gritó él, en dirección al río frente al que estábamos. -¡Por favor, vengan, que tengo unas preguntas que hacerles!

-Ja ja ja…. ¿qué estás haciendo?– me burlé. Definitivamente era imposible no soltar una carcajada al verlo.

-¡Shhh! –me silenció. –Trato de hablar con los peces. No me interrumpas o perderé mi concentración.

El "Gran Acuaman" me hizo perder más de dos horas intentando inútilmente hablar con aquellos animales del río.

-Es hora de irnos. Aquí no hay no hay nada que nos pueda ayudar –tuve arrastrarlo lejos del río por unos cuantos minutos para que no insistiera en regresar.

No había nada, ni una pequeña señal que nos llevara a Alexander.

¿En dónde diablos estaba?

¿Por qué se estaba escondiendo?

¿Acaso era un cobarde, o tan solo quería tomarnos por sorpresa?

Sin ninguna clase de información, y completamente decepcionado, me dispuse a regresar a casa, al lado de la mujer que tanto amaba, para dedicarle el resto de la noche. Si era posible, estrenaríamos nuestra nueva cama de una manera especial.

ALICE´S POV

Esperaba pacientemente a que mi novio regresara de lo que fuese que estuviera haciendo.

Me encontraba sentada en un sofá de la sala, recordando todo lo que había sucedido la noche que Jasper decidió decirme sus sentimientos; todos aquellos besos y caricias que nos dimos…

Después, llegó a mi mente una cosa más: él se estaba comportando muy extraño desde que el día comenzó, y aún no tenía ninguna noción de qué podría significar.

¿Acaso se había dado cuenta que en verdad no era amor lo que sentía?

¿Había otra razón que yo no había contemplado?

¿Tenía otra persona que lo estaba confundiendo?

¿Había aparecido en su vida alguien que él considerara mejor que yo?

No, definitivamente estaba exagerando.

¡Eso era algo imposible! ¡Jasper es completamente mío!

Lo más seguro es que no sea nada de lo que deba preocuparme…

La puerta sonó un par de veces, y me levanté rápidamente para abrir. Seguramente, Jasper y Emmett ya estaban de regreso y no se habían llevado sus llaves… o algo así.

Abrí la puerta antes que sonara por tercera vez… y lo que vi me dejó realmente angustiada…

Ahí, frente a mí, se encontraba aquella mujer que Jasper me había descrito mucho tiempo atrás.

Era María.

Ella estaba aquí, frente a mí, y lo más seguro, quería recuperar el amor de Jasper.

-¿En qué puedo ayudarte? –le pregunté.

-Sé que Jasper está aquí, así que va a ser mejor que me digas en dónde está– ordenó con autoridad. –Él y yo tenemos mucho de qué hablar.

¿Qué puedo hacer ahora?

No podía competir contra María. No había punto de comparación. Ella era mucho mejor que yo, y si estaba dispuesta a recuperar el amor de Jasper, de seguro yo lo perdería para siempre.

0 comentarios:

Publicar un comentario