martes, 16 de marzo de 2010

Aquello a lo que los humanos llaman celos

Capítulo 10 -Pasado

ALICE´S POV

Miré a la chica que estaba frente a mí. Para mi desgracia, me encontraba en desventaja. ¡Todo en ella parecía perfecto! ¿Cómo podía competir contra ella encerrada en este cuerpo de adolescente inmortal?

-Vas a tener que esperarlo sentada –le advertí. –Salió y no sé cuándo va a regresar.

-¡Vaya! ¡Es una lástima! –exclamó, sonriendo con malicia. –Me parece que me sentaré a esperarlo, si no te molesta…

La miré con desprecio. Ella era la amenaza más grande para mí; no podía evitar odiarla, por más que no me estuviera haciendo nada malo. ¡Su sola presencia ya era toda una tortura para mí!

(…)

Me quedé afuera, sentada en las escaleras junto con ella; esperando que Jasper se dignara a aparecer.

El silencio exterminaba cualquier sonido que quisiera entrometerse. Definitivamente, ninguna de las dos estaba dispuesta a decir una palabra más; ya todo estaba dicho… las dos nos odiábamos sin siquiera conocernos.

Eso era desesperante: el amanecer estaba por llegar y aún no había señales de los chicos, quienes ya deberían estar de regreso.

Unas pisadas comenzaron a escucharse a lo lejos: ¡Los chicos por fin estaban de regreso!

María se levantó de inmediato y comenzó a caminar hacia donde provenía el ruido.

-Ha pasado mucho tiempo –dijo, dirigiéndose a Jasper con una voz muy seductora. –Me parece que tú y yo deberíamos hablar… –miré hacia donde estaban con cara de pocos amigos. –Viene a buscarte, pero tu hermanita me dijo que no estabas.

Jasper me miró con preocupación. Seguramente sabía que estaba incómoda con la presencia de esa… chica en casa.

-Ella no es mi hermana –corrigió él.

-¿Es tu prima? ¿Una amiga tal vez? –interrogó ella con curiosidad.

-Es mi novia –respondió Jasper finalmente.

-¡Vaya! –exclamó María, un poco contrariada. –Creí que tenías mejores gustos. En todo caso… -murmuró, acercándose más a él. -¿Crees que podamos hablar a solas un momento? Tengo un favor muy importante que pedirte. Necesito tu ayuda.

Emmett me hizo señas para que entrara a la casa junto con él, y Jasper hizo una señal de asentimiento con la cabeza en mi dirección.

¡No podía creer que hubiera aceptado hablar con ella a solas!

No era que desconfiara de él… pero estaba segura que ella haría cualquier cosa para quitármelo.

No confiaba en ella. Me sentía débil, casi humana con esta situación… estaba celosa.

Salí corriendo en dirección contraria a la casa y me perdí de su rango de visión; por más que lo escuché gritar varias veces mi nombre, no miré hacia atrás y continué con mi camino. Después de todo, esto había sido su culpa.

ALEXANDER´S POV

¡Qué tontos! ¡Esos dos habían caído en cada una de mis trampas! ¡No podía creer lo fáciles que eran de engañar! ¡Estaba tan cerca de ellos, y ni siquiera podían notar mi presencia!

Pude notar desde donde me encontraba, que Alice estaba muy molesta. No sabía la razón, pero desde donde estaba pude ver su cara chispar de rabia.

La vi correr unos instantes después de que una chica desconocida apareciera frente a aquel sujeto que decía ser su pareja.

¡Definitivamente, este era mi día de suerte! Esta era mi gran oportunidad, y debía aprovecharla para hablar con ella…

La seguí hasta una distancia prudencial y, cuando ya se encontraba lo bastante lejos de los demás, aparecí frente a ella y la tomé entre mis brazos. Intentó resistirse, claro, pero yo era mucho más rápido y fuerte que ella.

La llevé hacia el lugar donde por lo general me escondía cuando quería pensar y alejarme de todo: se trataba de una pequeña cárcel abandonada en la ciudad contigua.

-¡Suéltame! –gritó ella, intentando inútilmente que la soltara. -¡Te juro que te vas a arrepentir de esto!

-¡Vaya! –no pude evitar sonreír un poco. ¡Me gustaba escucharla hablar de esa manera! ¡Era tan sexy! –Suenas como la Alice de antes…eso hace las cosas mucho más excitantes.

Llegamos al lugar media hora después. Estaba desierto, como había estado desde hacia varios años. El edificio estaba en muy mal estado, las paredes estaban despintadas y desgastadas por el tiempo, varios dibujos de formas extrañas hechas con aerosoles, y el piso de madera crujía fuertemente bajo mis pies, como si en cualquier momento pudiera abrirse un hueco en él.

Abrí la puerta de una celda. Ésta aparentaba ser bastante fría; estaba sucia; tenía las paredes llenas de escritos con sangre y marcador de color negro en los cuales, los presos ponían sus deseos de venganza y hacían uno que otro dibujo; tenía pequeña litera que parecía ser muy incómoda, y gruesas cadenas que colgaban en la pared.

La amarré con las gruesas cadenas y cerré la puerta para quedarme del otro lado.

-¡Déjame salir! –me ordenó.

-Intenta salir tú sola –le respondí simplemente. –Sé que aún hay un poco de la Alice del pasado dentro de ti, y voy a hacer lo que sea para que esa persona regrese.

Hubo un largo silencio. No estoy seguro de cuánto duró; todo eso resultaba muy incómodo, especialmente porque estaba esperando que ella tomara la iniciativa, cosa que hizo después de unos minutos.

-Ya que me tienes aquí secuestrada, hay algo que quiero saber… –mencionó, sentándose difícilmente en el suelo de la celda. –…cuéntame que clase de persona fui en el pasado.

-De acuerdo –accedí. ¡Esta era la conversación que tanto deseaba tener con ella desde hace mucho tiempo!

*FLASH BACK*

¡Siempre era la misma situación! Solía tener varias citas con las chicas más ricas de cada ciudad en la que me encontraba. Un vampiro siempre tiene medios monetarios para sorprender a cualquier persona, especialmente a las familias influyentes de aquella época.

Era una rutina, ciertamente, pero era divertida… Nunca me cansaba de ella.

Siempre iba a la casa de la chica, la conocía, me comportaba como todo un caballero de familia importante de aquella época. Después, cuando me aburría de ella, se convertía en mi víctima, y me deshacía del cuerpo, tirándolo en algún lugar donde perfectamente pudiera pasar como suicidio, por lo general algún río o barranco.

La única sobreviviente fue una chica que conocí en un baile de sociedad muy importante, al cual solo asistían las personas más adineradas: senadores, gobernantes y allegados a ellos, incluyendo a las familias más adineradas del país. Era una fiesta que solo se daba una vez al año, y aquella vez había caído justo cuando me encontraba en una pequeña ciudad cerca de Alemania (pongo Alemania por poner algo XD).

La chica era muy pequeña, graciosa y de una belleza difícil de encontrar en un humano. Su nombre era Mary Alice Brandon.

Bailé unas cuantas piezas con ella y hablamos sobre diferentes temas: política, obras de arte, libros… durante casi toda la fiesta. Realmente nuestros gustos eran muy parecidos.

Lo más inusual de ella era que era la única chica que no había hablado conmigo sobre matrimonio, ni hijos, ni cualquier otra cosa que se le pareciera, como hacían las otras chicas después de casi una hora de conversación…

Por lo que había conocido de ella, la podía considerar como una persona demasiado interesante como para ser humana; alguien que veía la vida diferente a como lo hacían todos los demás, ya que su manera de expresarse denotaba que a ella le eran indiferentes las cosas que usualmente le gustaban a las demás jóvenes de aquella época.

Nunca pensé en tener pareja; era completamente innecesario. Después de todo, ¿quién necesitaba a una sola mujer cuando podía tener a todas las que quisiera en toda una vida inmortal?

Sin embargo, ahora que había conocido a esa chica, parte de mí decía que no valía la pena tenerla atada a mí durante unos cuantos años y después deshacerme de ella, como lo hice con las demás… Otra parte deseaba que fuera mía por toda la eternidad.

(…)

Después de ese día, no la volví a ver, por más que supiera en qué lugar se encontraba, por el olor de su sangre. Preferí no prestar tanta atención a una situación que sabía que no me llevaría a ninguna parte… así que continué con la vida que llevaba.

Los meses seguían pasando, y nuestros ejércitos estaban ganando varios territorios pequeños en los alrededores de aquella ciudad en donde había conocido a Alice. Habíamos desatado el disturbio de sangre más grande de la historia, pero aún así no nos sentíamos satisfechos; queríamos más, mucho más.

Las tierras que teníamos no eran suficientes para nosotros, y aún no habíamos derramado toda la sangre que deseábamos.

(…)

Pronto dejaríamos aquel lugar. Nos marcharíamos en sólo tres días. Tan sólo debíamos planear algunas estrategias de batalla para dirigirnos a la otra parte del continente.

Estaba haciendo los últimos arreglos de la nueva estrategia cuando la vi entrar, junto con unos cuantos guardias y la persona que me convirtió: John.

John era realmente molesto, siempre cree saberlo todo, cambia de opinión cada cinco minutos y piensa que el mundo gira alrededor suyo, da órdenes por cada cosa que pasa por su cabeza, y lo peor de todo, es que él fue la persona que me convirtió. La persona que más he odiado, en casi mis cien años de vida como vampiro.

Me sorprendí mucho al verla en este lugar: ¿qué estaba haciendo ella ahí? ¿Por qué John y los demás la habían traído?

-Una sorpresa por tu cumpleaños número cien… –me explicó él, antes de que pudiera decir algo. –…una chica. ¡Eso es lo que necesitas!

-¿Puedo saber por qué demonios hicieron eso? –pregunté furioso. -¡Yo nunca les pedí que hicieran semejante estupidez! ¡No necesito una chica!

-¡Era lo que deseabas, Alexander! –exclamó John. -¡Tú querías a esta chica! –tomó a Alice fuertemente del brazo -¡Deseabas que fuera tuya! Lo supe cuando te vi la primera vez con ella: la tratabas diferente. ¡Eras más amable con ella que con cualquier otra chica que hubieses conocido antes!

Alice comenzó a gritar como enloquecida, e intentó soltarse por la fuerza, lo cual sólo hizo que se lastimara. Sus gritos podían escucharse por toda la prisión abandonada que utilizábamos como refugio.

-¡Suéltame! –exclamaba ella, mientras se retorcía y daba uno que otro puñetazo y patada para liberarse. Obviamente, todos sus intentos fueron en vano. -¡Se van a arrepentir por esto! ¡Ya lo verán!

-¡Déjenos solos! –les ordené. -¡Ahora!

John salió de mi "estudio", junto con todos los guardias que habían entrado a la habitación.

Me acerqué a Alice. Definitivamente ella ya no era humana; podía saberlo por aquellos ojos de color rojo que brillaban pidiendo sangre, la gran fuerza que poseía: Su belleza era mucho mayor ahora, y ya no estaba ansioso por beber su sangre. Ahora ella era mía para siempre.

*FIN DEL FLASH BACK*

-Esto es… imposible –murmuró para sí misma. –No soy yo de la que hablas; estoy segura que te equivocaste de persona…

-Todavía quedan cosas por contar –la interrumpí, dándole la espalda –Si crees que esa es la peor parte de nuestro pasado, te equivocas.

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