martes, 16 de marzo de 2010

Aquello a lo que los humanos llaman celos

Capítulo 28 -Extraños Presentimientos

JASPER´S POV

Por fin mi pequeña estaba de regreso, después de tanta espera, podíamos volver a estar juntos.

Alice venía cargando miles de bolsas consigo. Parecía como si hubiera saqueado miles de tiendas ella sola.

La ayudé a subir todo a nuestra habitación, y cuando ya creí que podría estar a solas con ella, la puerta sonó.

-¡Traigo más bolsas! –gritó Emmett desde afuera. –La pequeña se ha raido todo lo que había en las tiendas.

Abrí la puerta para que Emmett pudiera pasar, e inmediatamente después, Edward apareció con otro montón de bolsas más.

Todos la miramos en busca de alguna explicación, pero recibimos la misma respuesta de siempre…

-Esta es sólo la mitad de lo que necesito –respondió sonriendo. –No sólo debía renovar mi guardarropa, ¡me voy a casar, y eso amerita tener que comprar más cosas!

Definitivamente, esa era mi pequeña, una gran fanática de las compras, pero aún así, era la persona que más amaba en este mundo.

MARIAN´S POV

Alex era una persona muy seria y fría; sin embargo, estoy segura de que dentro de él se encuentra un corazón muerto que fue lastimado hace mucho tiempo.

Quería saber que había más allá de esa máscara oscura que siempre mostraba.

Yo quería ser la persona que lo sacara de aquella oscuridad en la que estaba metido. Deseaba enseñarle el mundo de una manera distinta, en dónde nunca era tarde para ser feliz.

Sabía que él no era una mala persona, y por eso quería ayudarlo.

(…)

Estábamos viajando por el oeste, en busca de aquellos que habían robado mi gema; sin embargo, ellos ya debían estar muy lejos de nosotros, y lo peor, no sabíamos en qué dirección se habían ido.

-Es inútil, Alex –dije ya sin esperanza. –No los encontraremos nunca.

-¡Ya basta, niña! –exclamó molesto. –Sigue buscando y deja de molestar.

Continuamos con el camino en silencio. Sin embargo, entre más avanzábamos, me sentía cada vez más insegura; era como si todos mis sentidos me alertaran sobre un peligro que estaba más allá del camino.

Tenía miedo de lo que pudiera encontrar más adelante si caminábamos más, pero, ¿cómo podía explicarle a Alex lo que estaba sintiendo? Si le contara lo que me sucedía, de seguro pensaría que estaba enloqueciendo.

Me detuve de improviso, esperando que él también lo hiciera, pero ese momento nunca llegó.

-No quiero continuar, Alex –murmuré débilmente. –No quiero ir por allá.

-¿Por qué? –preguntó con el mismo tono indiferente de siempre.

-Hay algo malo ahí, puedo sentirlo –respondí con enfado. –No pienso moverme de aquí.

-No eres más que una cobarde –me dijo.

-Tengo miedo, mucho miedo –afirmé finalmente. –No iré a ese lugar, no pienso continuar con esto.

Alex se acercó a mi y tomó mi mano suavemente y comenzó a caminar de nuevo. No lo detuve esta vez, sabía que eso nada más empeoraría las cosas.

Conforme avanzábamos, podía sentir como la atmósfera a mi alrededor se volvía más tensa y aterradora. Sin embargo, aquella sensación se transformó en un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo.

Podía sentir cinco auras oscuras muy cerca de aquí. Si continuábamos con el camino, de seguro desataríamos un derramamiento de sangre inocente, pero Alex no se detuvo.

-Miren, miren lo que tenemos aquí –murmuró una de las personas de aura oscura. –La pequeña rata a la que le robamos aquel día… ¿Qué haremos con ella hora? ¿La obligamos a pedir el deseo?

ALICE´S POV

Por fin estaba de vuelta en casa, y Jasper esperaba por mi adentro. Sin embargo, había comprado tantas cosas, que no pudimos estar solos hasta horas después.

Las caricias y los besos no se hicieron esperar en cuanto la puerta por fin se cerró por última vez.

Todo aquello me había hecho recordar lo que había sido mi mejor día hasta que conocí el bosque de los enamorados.

*FLASH BACK*

El baile de bienvenida estaba a sólo unos días y, como era de esperarse, yo estaba organizándolo todo.

Casi nunca me encontraba en casa por todo el trabajo que tenía como la organizadora oficial del gran evento. Siempre trabajaba día y noche para que todo saliera perfecto. No quería que ni un solo detalle se escapara de mis ojos. Sin embargo, estar sin Jasper a mi lado me hacia sentir incómoda.

Jasper y yo, tan sólo estábamos juntos durante unos cuantos minutos, unas cuantas horas, con suerte. Durante los cortos lapsos de tiempo en los que podíamos estar juntos, me dispuse a enseñarle a bailar.

Todo el asunto del evento me tenía loca de la emoción, por lo general llevaba a los chicos de tienda en tienda para conseguir lo último de la moda en trajes y vestidos de la época.

(…)

El día del baile no tardó en llegar.

Había invitado a Jasper días antes de comenzar con los preparativos de la fiesta. Él me había dicho que sí, definitivamente no había otra persona con quién quisiera ir que él.

Me fui unas hora antes de que el baile comenzara para hacer las últimas pruebas de sonido y luces antes de que todos llegaran.

Había decorado el gimnasio con miles de luces de colores y grandes guirnaldas que colgaban de la parte superior del lugar.

No quería que el lugar pareciera un simple gimnasio de colegio, así que puse todo mi empeño en que pareciera un lugar realmente mágico.

Miré a Jasper a lo lejos, me levanté de la silla en la que estaba sentada y fui dando pequeños saltitos hacia dónde él estaba.

Me recibió con los brazos abiertos, los cuales me abrazaron con fuerza, y yo me abalancé sobre él y le di un pequeño beso en la mejilla.

-¿Y bien? –pregunté mirándole con ilusión. -¿Qué te parece la decoración? ¿Te gusta mi vestido?

-En verdad has hecho un buen trabajo con este lugar –contestó, haciéndome girar para poder observarme desde todos los ángulos posibles. –Creo que realmente ese vestido fue hecho para ti. Te ves muy hermosa.

Realmente su comentario me había hecho sentir muy bien, así que comencé a dar vueltas a su alrededor por la emoción.

-Vamos a bailar, ¿sí? –dije, lanzándole una mirada de súplica. –¡Por favor, Jasper! ¡Baila conmigo!

Él nunca me había negado nada. Siempre le gustaba cumplir cada uno de mis deseos.

Me ofreció su brazo y caminamos hacia la pista de baile, la cual ya casi estaba completamente llena.

Después de pocos segundos de estar bailando, nuestros movimientos estaban perfectamente sincronizados.

Con el paso de los minutos, la pista quedó casi vacía. Tan sólo quedábamos Emmett y Rosalie, y Jasper y yo.

Las personas que antes estaban en la pista, formaron un círculo a nuestro alrededor y nos miraban como si de un show traído de las Vegas se tratase.

Los ojos de Jasper estaban oscureciendo, estaba hambriento, lo sabía. Sin embargo, al parecer aún podía tenerlo bajo control por algunos días más.

Edward parecía estar aburriéndose mucho ahí solo, sentado en una mesa viéndonos bailar.

-Oye, ¿te importaría bailar unas cuantas canciones con Edward? –me preguntó Jasper, después de que terminamos de bailar otra de las canciones. –Parece aburrido…

-¡Claro que no! –respondí con una sonrisa. –Sólo serán unas cuantas canciones…

Jasper tomó el lugar de Edward en la mesa, mientras Edward y yo comenzábamos a bailar.

De repente, una nueva visión llegó a mi… se trataba de un grupo de chicos que golpeaba a un chico, al cual su sangre comenzaba a caer en el suelo llamando la atención de Jasper. Esto definitivamente sería un gran problema para él.

Hice que Edward se detuviera, y fui en busca de Jasper. Estuve realmente preocupada por la reacción de Jasper. Sin embargo, él se contuvo y salió apresuradamente del gimnasio.

-¿Te encuentras bien? –le pregunté cuando lo vi ahí en el suelo mirando las estrellas. Sacándolo de sus pensamientos. -¡Vaya! ¡Qué noche más hermosa!

Crucé mis brazos detrás de mi espalda y miré preocupada hacia el cielo. Sabía que si lo miraba directamente a él, lo haría sentirse peor.

Se levantó de donde estaba y me rodeó con sus brazos.

-Ahora me siento mucho mejor –respondió con una expresión seria. –Lo siento, estuve a punto de arruinar todo… En verdad lo lamento mucho.

Acaricié su mejilla y le sonreí.

No estaba molesta con él, sabía que nada de esto era su culpa, aunque él pensara lo contrario.

Nos sentamos en la hierba a mirar la luna y las estrellas, las cuales estaban dando su mejor espectáculo para nosotros. Era como si supieran que estábamos ahí observando y quisieran que viéramos la mágica atmósfera que podían reflejar para nosotros.

Jasper tomó mis manos y de nuevo miró hacia el cielo para seguir disfrutando de la magnífica noche que se presentaba ante nuestros ojos.

(…)

La fiesta casi llegaba a su fin, pero para nosotros ya nada de eso importaba. Nos teníamos el uno al otro.

-¿Quieres regresar al baile? –preguntó, sacándome de mis pensamientos.

-¿No podemos quedarnos un poco más? –hice un pequeño puchero. –La noche me encanta. No me arruines el momento.

Nos recostamos en el césped a seguir disfrutando del paisaje.

Justo cuando nos levantamos para regresar al gimnasio, en lo más alto del cielo, vimos una estrella fugaz surcando el cielo nocturno.

Inmediatamente y sin pensarlo dos veces, le pedí mi deseo.

"Estrella de la noche, quiero que cumplas mi deseo…" dije en mi mente con suma rapidez. "Deseo que algún día Jasper y yo podamos ser felices para siempre. Como en un cuento de hadas"

Nos sonreímos y continuamos con nuestro camino para bailar la última canción de la noche. Era una canción romántica, como se acostumbra en todos los bailes.

Sus brazos rodearon mi cintura, mientras los míos se posaban alrededor de su cuello. Comenzamos a movernos lentamente al ritmo de la música; por más que la pista estuviera abarrotada y ya no cupiera una pareja más, nosotros seguíamos bailando, moviéndonos como si fuéramos la leve brisa de verano, que mecía las hojas de los árboles.

*FIN DEL FLASH BACK*

Definitivamente aquel día estaría para siempre en mi memoria, ya que pronto el deseo que le había pedido a aquella estrella se haría realdad, y él y yo seríamos felices por siempre.

Nuestra relación ya había probado ser lo suficientemente sólida como para superar cualquier tipo de obstáculo, y ahora que habíamos superado todas las pruebas, era nuestro momento para ser felices.

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