martes, 16 de marzo de 2010

Aquello a lo que los humanos llaman celos

Capítulo 25 -Destruyendo el pasado

ALEXANDER´S POV

-Debí suponerlo –respondí furioso. –Dime, ¿por qué?

-Porque ella estaba interviniendo en mis planes –replicó sonriendo cruelmente. –¡Yo no necesitaba a un Alex débil! ¡Necesitaba a un Alex que fuera un líder! ¡Quería a alguien fuerte!

-Le arruinaste la vida a Alice, y arruinaste la mía por una simple tontería –dije tomándolo por el cuello. –Gracias a ti, ella encontró a otro chico.

-Te hice un favor, Alexander. Al menos deberías agradecer que no la maté –repuso, haciendo que lo soltara. –Claro, fue un gran error. Sin embargo, ese error aún se puede reparar.

-¡Que ni se te ocurra tocarla! –lo reté. –Alice fue nada más que una víctima, para tu estúpido juego. Fue mi culpa por no darme cuenta antes.

-Estás en lo correcto esta vez, Alex –rió un poco. –A todos los estuve engañando durante años y tú nunca te diste cuenta. Nunca utilicé mis poderes porque ustedes siempre lo hicieron por mí –miró a Alice con desprecio. –Eso fue hasta que tu querida Alice apareció y dejaste tus obligaciones por complacer todos sus caprichos.

-¿Qué le hiciste?

-Borré sus recuerdos sobre lo que vivió contigo; sobre lo que fue su vida con nosotros. Me escondí, y esperé a que ella se marchara.

-¡Maldito! –grité con todas mis fuerzas. –Alice, sal de aquí. Espérame afuera.

Esperé a que ella saliera y me preparé para la enorme batalla.

Comenzamos a luchar como dos animales salvajes luchando por su comida. Sin embargo, por más que me esforzara en ganar esta batalla lo más pronto posible, él tenía todas las de ganar.

Toda la rabia que sentía, intentaba reflejarla en cada uno de mis golpes, y sin embargo, me estaba una gran paliza.

Golpes iban y venían, y ambos ya estábamos muy lastimados y débiles; este sería nuestro último golpe.

Guardé parte de las pocas fuerzas que me quedaban para esquivar su golpe, y así como estaba, adolorido y débil… logré dar mi último golpe: uno directo al cráneo, atravesando su cabeza hasta el otro extremo.

Así fue como terminó la batalla, después de casi dos horas en dónde realmente llegué a temer por mi vida.

Casi tuve que arrastrarme hacia afuera para poder ir a hablar con Alice.

-¡Alex! –exclamó Alice preocupada.

-No te preocupes, estaré bien –contesté tranquilamente. –Pronto las heridas se cerrarán.

-Pero…

-Alice… quiero que me escuches… -le pedí.- Yo… sé que tu no eres para mí… yo… por fin lo comprendí, y realmente quiero que sepas que por más que mi corazón siga contigo. Me iré. Acepto la derrota, y espero que seas feliz.

-Pero…

Continué con mi camino… ya no tenía nada más que hacer ahí. Ya había dicho todo lo que tenía que decir, y la verdad no estaba de ánimos para escuchar nada más.

Mi vida tenía que continuar, no podía quedarme sufriendo por el amor de una persona que no era para mí. Tal vez algún día, en algún lugar volvería a encontrar a alguien que fuera especial para mí, pero por ahora, viviría mi vida como lo había hecho hasta entonces…

ALICE´S POV

Alex se había marchado; sentía un poco de lástima por él. Sin embargo, no podía engañar a mi corazón, éste ya le pertenecía a otra persona.

Dejé que él se marchara, y caminé hacia la posada. Seguramente, Jasper había ganado la batalla contra María y ya se encontraba ahí… o al menos eso esperaba.

Entré apresuradamente en el cuarto de Emmett y Rose.

-¿En dónde está Jasper? –pregunté rápidamente. –Creí que estaría con ustedes. Espero que se encuentre bien.

-¿Qué sucedió? –interrogó Emmett, preocupado. -¿Algo malo le pasó?

-Eso creo… -repliqué angustiada. –No hay tiempo para explicaciones ahora. Se los diré en el camino.

Corrimos sin detenernos hasta las cercanías del bosque de los enamorados, y la imagen que tenía enfrente me aterró. Nunca me hubiera imaginado nada parecido.

Jasper se encontraba allí, destruyéndolo todo. La mirada en sus ojos era furiosa y lunática.

-¡Jasper! –chilló Rose, asustada. -¿Qué le pasa? –nos preguntó.

-La mordió –intervino Emmett, señalando el cuerpo mutilado de María. –Estará así por algún tiempo.

-¡No! –exclamé, negando con la cabeza. –Él tiene que estar bien. Tiene que recuperarse.

Jasper ni siquiera se había dado cuenta de nuestra presencia.

-No te acerques, Alice –me reprendió Rose, cuando supo mis intensiones. –No sabemos que puede hacerte.

-Yo puedo hacerlo regresar –le aseguré, acercándome a él. –Jasper, amor. Escucha mi voz.

Él se volteó y me miró aún con aquella mirada enloquecida.

-¡Alice, Jasper no es él en este momento! –me previno Emmett. –¡No te acerques!

Continué acercándome a él, mientras Emmett y Rose seguían gritándome.

-Jasper, por favor, regresa.

Lo abracé con fuerza; sin embargo, él se movía intentando soltarse. Finalmente, logró hacerlo. Me tomó de los brazos y me lanzó contra un árbol.

Me levanté con dificultad, y comencé a caminar de nuevo hacia él. Estaba adolorida por el golpe; sin embargo, no dejaría que eso me detuviera, yo debía traer a Jasper de vuelta. Corrí hacia él lo más rápido que pude, sin importarme nada más

-Amor, respóndeme –dije, acariciando su mejilla. –Regresa a ser tú –él me gruñó. Parecía estar debatiéndose entre atacarme o no –Te quiero; te necesito a mi lado, quiero que regreses. Por favor, regresa.

Lo abracé de nuevo, pero esta vez más suavemente; él se removió intentando resistirse, pero esta vez no lo dejé. Le di un pequeño beso en la mejilla, y eso pareció calmarlo un poco.

Tomé su rostro entre mis manos, y lo besé con la mayor pasión que pude. Al principio me besó con fuerza y violencia. Con tanta, que mis labios estaban sangrando y adoloridos, pero si quería que él regresara, tenía que continuar. Sin embargo, con el tiempo, él comenzó a calmarse cada vez más, hasta que nuestro beso tomó un rumbo tierno y profundo.

Ahora podía sentirme tranquila, mi Jasper estaba de regreso.

JASPER´S POV

No sabía como Alice lo había logrado, pero me había sacado del trance tan profundo en el que el estaba. La había lastimado, sus labios estaban rotos, y sin embargo, ella había soportado todo eso por mí.

(…)

Todo estaba como debió haber estado siempre: sin ninguna clase de preocupación, tan sólo estábamos nosotros dos.

Había tomado la decisión más importante de toda mi vida, y esta vez nada me detendría.

Desde un principio sabía lo que deseaba. Sin embargo, habían pasado muchas cosas que habían retrasado mi decisión.

Ahora que podía tener a Alice entre mis brazos, volvía a sentirme el hombre más feliz sobre la faz del planeta. Nunca pensé que volvería a sentirme de esta manera.

(…)

Dejé a Alice con Emmett y Rose, y me dirigí a aquel lugar para preparar la sorpresa que quería darle a Alice en la noche.

Le había pedido a Emmett que llevara a Alice al bosque de los enamorados a las siete de la noche. Sin embargo, ya habían pasado casi diez minutos, y todavía no llegaban.

-Lo lamento –se disculpó Emmett apenas llegaron –La señorita aquí presente, se probó más de cien vestidos antes de venir.

-No te preocupes –respondí, tomando la mano de Alice –Yo me haré cargo de ella a partir de ahora. Por favor, no espíes.

-Rose no está aquí. Por más que quisiera no podría entrar –refunfuñó –Los veré después… o algo.

Esperamos a que él desapareciera antes de internarnos en el bosque.

Caminamos hasta lo más profundo del bosque, y abrimos entre los dos las puertas de aquel santuario en dónde nos habíamos entregado el uno al otro por primera vez.

Era una noche nevada, y los pequeños copos de nieve comenzaban a llenar el bosque. Mi plan estaba resultando como esperaba.

-Jasper, ¿puedes decirme por qué tanto misterio? –me preguntó.

-Te traje de nuevo aquí porque quería hacer esto de una manera especial –murmuré, tomando su mano. –En este lugar, nuestro lugar, porque deseo pedirte algo.

-¿De qué se trata? –interrogó algo confundida.

Busqué en el bolsillo de mi pantalón lo que había comprado esa tarde. Me arrodillé frente a ella. Aún con su mano entre la mía, y deslicé el anillo que le había comprado.

-Alice, ¿te casarías conmigo?

-Jasper, esto es…

-Esto es verdad –contesté, sin levantarme aún. –Te quiero junto a mí por toda la eternidad. No hay nadie más con quién quisiera compartir mi vida que no fueras tú.

Me miró enternecida por unos segundos; después se levantó y me abrazó con fuerza.

-¡Claro que quiero! –exclamó con emoción. –He estado esperando este momento por mucho tiempo.

Respondí a su abrazo con mucha alegría. Ahora podríamos regresar a casa para comenzar una nueva vida juntos.

ROSALIE'S POV

Por fin, después de tanto alboroto, regresaríamos a casa. Ya extrañaba a mis padres y a mi hermano también.

-Finalmente regresaré a casa- afirmé aliviada. -¡Ya era hora!

-¿Dijiste "Torolandia"?- preguntó Emmett, distraído. -¡Iré por mi disfraz!

-Emmett, cariño… Yo dije ca…

No me dejó terminar la frase. Salió corriendo hacia la habitación, supongo que para cambiarse. Regresó unos minutos después, disfrazado de toro.

-¡Ya estoy listo!- exclamó, bailando algo parecido a la conga. –Ahora, ve por tu disfraz. De seguro serás una vaquita muy linda.

-Emmett… yo no dije nada de Torolandia- murmuré. –Yo dije…

-¡Narnia!- gritó con emoción. -¡Iremos a Narnia! ¡Yupi! ¡Iremos a Narnia!

-¡No!- exclamé, pero él me ignoró una vez más y corrió de vuelta hacia nuestra habitación.

Regresó momentos después con un traje extraño.

-¡Jajaja!- se rió. –Soy el príncipe Caspian.

-¿Quién?- interrogué. -¿Qué es Narnia?

La puerta de la habitación sonó dos veces, así que fui a abrirla. Jasper y Alice acababan de regresar y esperaban afuera.

-¿Listos para ir a casa?- les pregunté.

-¿Casa? ¡No!- exclamó Emmett en tono de niño berrinchudo. –¡Yo quiero ir a Narnia!

-¿Qué es eso?- interrogó Jasper, confundido.

Mi única respuesta fue alzarme de hombros. Algunas cosas de las que Emmett decía también eran un misterio para mí.

Nos costó casi tres horas convencer a Emmett de que iríamos a casa sin hacer paradas en Torolandia ni en Narnia, pero finalmente lo conseguimos.

0 comentarios:

Publicar un comentario