martes, 16 de marzo de 2010

Aquello a lo que los humanos llaman celos

Capítulo 11 -Guerra

ALICE´S POV

No era cierto, no podía serlo. Después de todo, sí había sido una maldita loca en el pasado.

¿Todo lo que me había contado James era cierto? ¿Yo había estado en un hospital psiquiátrico?

No… Claro que no…

Alexander debía estar equivocado. Se había equivocado de persona.

Eso era lo más seguro. No podía dejarme llevar por todo lo que él me dijera.

-Pruébame que lo que dices es verdad –le pedí. –Si no eres un mentiroso, me darás lo que te pido, ¿no es así, Alexander?

-No intentes presionarme, niña –dijo, abriendo la puerta de la celda con brusquedad. –No te daré las pruebas que quieres hasta que yo lo crea conveniente.

Lo miré enarcando una ceja… en realidad, todo este asunto estaba muy misterioso. ¿Cómo podía aparecer un chico de la nada diciendo que yo le pertenezco y no querer enseñarme las pruebas que tiene para demostrarlo?

¡Mentiroso! ¡Eso es lo que es! ¡Un maldito mentiroso!

Si bien era cierto, Alexander era atractivo; no mucho más que Jasper, pero eso no quería decir que no pude haberme fijado en él en el pasado… Después de todo, si lo que dicen los rumores es cierto… estuve bastante loca.

Ahora más que antes quería saber la verdad, conocer mi pasado; saber quién había sido en realidad, y no me importaba tener que escuchar a Alexander ni pasar tiempo con él, si eso me llevaba a encontrar las respuestas que tanto deseaba conocer desde hacía mucho tiempo.

JASPER´S POV

¿Qué demonios estaba haciendo María en este lugar? ¿Qué era lo que pretendía viniéndome a buscar a mi casa?

Estaba casi seguro de que ella no había venido por algo bueno, y eso no ayudaba mucho, ya que Alice parecía incómoda con su presencia. Pude saberlo por la expresión de su rostro, el cual denotaba una gran inconformidad.

¡Tenía que hacer algo rápido, antes de que la situación se pusiera peor de lo que estaba!

Sabía que María no se iría si yo no escuchaba lo que ella tuviera que decirme, así que decidí tomar el camino más fácil para solucionar el problema: hablar con ella y escucharla. Después, solamente tendría que pedirle que se fuera y eso sería todo.

-Ha pasado mucho tiempo –dijo, intentado seducirme. –Me parece que tú y yo deberíamos hablar… –Alice miraba en nuestra dirección bastante molesta. –Viene a buscarte, pero tu hermanita me dijo que no estabas.

Miré a Alice con preocupación. Seguramente estaba muy incómoda con la presencia de María en este lugar.

-Ella no es mi hermana –corregí.

-¿Es tu prima? ¿Una amiga tal vez? –interrogó ella con curiosidad.

-Es mi novia –respondí finalmente.

-¡Vaya! –exclamó María, un poco contrariada. –Creí que tenías mejores gustos. En todo caso… -murmuró, acercándose más a mí. No me gustaba tanta cercanía; ella me recordaba todo lo malo que había hecho en el pasado. -¿Crees que podamos hablar a solas un momento? Tengo un favor muy importante que pedirte. Necesito tu ayuda.

Hice señas a Emmett y Alice para que entraran en la casa para terminar con esta conversación lo antes posible. Sin embargo, Alice no lo tomó como pensé y salió corriendo en dirección contraria. La llamé para que regresara, pero ella me ignoró y no regresó.

Ahora que Alice no se encontraba, me sentía realmente incómodo. Quería correr tras ella y decirle por qué había tomado aquella decisión; sabía que ella tarde o temprano lo entendería y me perdonaría. Sin embargo, si intentaba ir a buscarla, de seguro María me seguiría y el problema se haría mucho más grande.

¿María quería mi ayuda? ¡Sí, claro!

¿Para qué me necesitaría un vampiro como ella? ¡Era mentira!

Lo presentía… pero aún así quería saber…

-Mira todos los problemas que me has causado con tu llegada –la acusé. –Habla de una vez, María, ¿qué es lo que quieres?

ALEXANDER´S POV

Piensa que estoy mintiendo, lo puedo ver en su rostro… Ella siempre había sido tan transparente, que con solo mirarla se podía saber lo que estaba pensando…

¿Qué pasaba con ella? ¿Por qué demonios tenía que ser tan desconfiada? ¿Por qué no me quería creer una palabra de lo que decía?

¡Ese tal Jasper le estaba llenando la cabeza con tonterías! ¡No podía creer que se hubiera convertido en alguien tan fácil de manipular!

Tenía que acabar con él… eso era seguro. ¡No podía permitir que ese perdedor me quitara lo que siempre fue mío!

-¿Piensas continuar con tu historia o no? –preguntó ella molesta. –Termina rápido con esta estupidez, y déjame salir –me miró con desprecio. -¡Yo no te quiero! ¡Yo nunca voy a poder amarte! ¿¡Por qué demonios no lo entiendes!?

No pude evitar mirarla con recelo. Ese había sido el golpe más bajo que me habían dado en toda mi vida. Ninguna chica se me había resistido antes, y mucho menos me habían dicho que no me querían, pero esto no se va a quedar así… ya lo verás… Alice.

-De acuerdo… continuaré con mi historia –contesté con una sonrisa burlona. Sabía que no le gustaría lo que estaba a punto de escuchar, y de una u otra manera disfrutaría ver su sufrimiento por todo lo que ella hizo al abandonarme. –Aunque no lo merezcas.

*FLACH BACK*

Por fin llegó el día de nuestra partida.

Nos dirigíamos al norte de Asia, en donde las condiciones del clima eran perfectas para un vampiro.

Alice no parecía estar más calmada; más bien todo lo contrario. Cada vez que alguien que no fuera yo se acercaba a ella, lo acusaba de querer atacarla y hacerle daño… Yo era la única persona en quien ella confiaba…

¡Tenía que saber por qué ella ya no era la misma! ¡Tenía que saber por qué ya no era la misma Alice que había conocido meses atrás!

Ahora estaba como traumatizada: no quería tener contacto con otras personas que no fueran yo, y cuando alguien más se acercaba por alguna razón, solía intentar morderlos o causarles daño…

Sólo había una persona que podía responder a mi inquietud… John.

El día que llegamos por fin a nuestro siguiente destino, después de la reunión sobre las próximas estrategias a realizar, y de convencer a Alice para que se quedara en su habitación, por fin iba a tener esa conversación tan importante, la que estaba esperando desde que trajeron a Alice.

-Dime que fue lo que le hicieron antes de traerla conmigo –exigí saber.

-No le hicimos nada, pero tengo una teoría… -afirmó John con una amplia sonrisa. ¡Oh, Dios! ¡Cómo odiaba esa sonrisa! Era una sonrisa tan petulante, con solo esa sonrisa me decía que él siempre tenía la razón.–Según decían los rumores de su pueblo… ella creía que vampiros la perseguían para tomar su sangre. Todo el tiempo decía que alguien la estaba siguiendo y gritaba desesperadamente. Fue entonces cuando sus padres, cansados de toda esa situación, declararon que su hija había enloquecido y la encerraron en un hospital psiquiátrico.

-¿Otros vampiros la perseguían? –pregunté furioso ante aquella idea.

-¡Claro! –respondió como si fuera lo más obvio del mundo. –El olor de su sangre era delicioso… y sabía aún mejor. Me extraña que no te hayas dado cuenta… la razón por la que te fijaste en ella no fue por su belleza… ¡Su sangre te llamaba tanto que no pudiste alejarte de ella! No digo que la chica no sea hermosa, pero lo que más llamaba la atención era su sangre.

¿Eso quería decir que vampiros como yo éramos los culpables de la locura de Alice?

¡Vaya! No me esperaba nada parecido… pero, después de todo, ahora que ella estaba a mi lado no me sentía culpable.

John tenía mucha razón, la sangre de Alice tenía el olor más dulce que hubiera podido oler antes.

(…)

Era una noche oscura y todos, excepto Alice, nos encontrábamos esperando la señal para poder atacar al enemigo.

Había hablado con ella para que se quedara en su tienda de campaña mientras nosotros íbamos a la lucha, y ella prometió quedarse adentro sin causar problemas.

La pelea era bastante dura. Al parecer los enemigos estaban bien equipados y nos superaban en número; ya estábamos empezando a tener pérdidas de hombres importantes dentro del ejército… Si las cosas seguían de esta manera, tendríamos que rendirnos.

Yo peleaba contra el estratega del ejército enemigo: un vampiro fuerte, rápido e inteligente. Sin embargo, su estrategia resultó predecible después de unos instantes… Definitivamente él era un digno oponente para mí. Su estrategia era patética, pero después de todo era muy fuerte, y eso lo convertía en un buen rival.

Mis planes fallaron por completo. La estrategia que había planeado estaba errada. Los enemigos habían anticipado mis movimientos; sabían que podrían distraerme si ponían a pelear a uno de sus mejores hombres contra mí, para que los más débiles pudieran hacer su trabajo: quemar nuestro campamento.

¡Tenía que detenerlos! Si no sacaba a Alice de su tienda, terminaría siendo carbonizada.

A duras penas pude llegar a la tienda en donde ella se encontraba. Tenía varias heridas profundas que me hicieron mientras corría para salvarla.

Lógicamente, no quería exponerla al peligro. Yo en verdad la amaba, y no me gustaría verla herida, pero dejarla ahí dentro la pondría en un peligro aún mayor…

-¡Alice! –la llamé apresuradamente -¡Sal de ahí!

Ella salió segundos después y me dirigió una mirada de curiosidad, pero al ver el fuego en las tiendas de los alrededores, se abrazó de mi costado fuertemente. Estaba ciertamente asustada, podía verlo en su cara.

El estratega del ejército enemigo apareció frente a nosotros instantes después; miró a Alice con interés y sonrió con malicia.

¿Acaso pensaba en ella como una más de sus víctimas en la guerra? Supongo que sí, pero iba a hacer lo que pudiera por mantenerla viva el mayor tiempo posible.

La pelea comenzó de nuevo, y en realidad era más difícil pelear cuando se tenía que proteger a otra persona que cuando no había nadie que te importara… En muchas ocasiones estuve a punto de ser derrotado, pero después lograba sobreponerme, y solo resultaba gravemente herido.

Había perdido gran cantidad de sangre durante la batalla, y me encontraba hambriento y un poco débil. No podría soportar mucho tiempo más con esta lucha…

-¡Ya basta! –escuché gritar a Alice la novena vez que caí al piso, casi sin fuerzas para volver a levantarme.

La vi brincar frente a mí. ¿Acaso estaba pensando en pelear ella sola contra él?

La idea me tenía atemorizado… no podía imaginarme a una niña como ella siendo desmembrada por alguien como él… esa imagen era muy cruda.... ciertamente siniestra…

-¡No, Alice! –exclamé sin poder ocultar el miedo que sentía. -¡Te matará!

No pude detenerlos, la batalla ya había comenzado, y obviamente aquel hombre estaba destruyendo a Alice…

Fui en su ayuda y, con la poca energía que tenía, empecé mi nuevo ataque contra él… Después de unos segundos, pareció olvidarse de la presencia de Alice y concentró su ataque de nuevo en mí.

En una ocasión, cuando el hombre intentaba darme el golpe final, Alice apareció tras él y atravesó su estómago de un lado al otro con una mano, haciendo un pequeño lago de sangre, y después clavó sus colmillos en su cuello y comenzó a beber su sangre.

Cuando, al parecer, sólo le quedaba una o dos gotas de sangre, los huesos de aquel vampiro crujieron ante la presión de sus manos.

La miré sorprendido. ¡Nunca me hubiera imaginado ver semejante espectáculo, era realmente grotesco!… Sin embargo, eso la hacía aún más interesante para mí.

Sus ojos brillaron con un rojo profundo cuando me miraron. Por un instante creí que vendría a atacarme, pero no lo hizo, tan solo se volteó y continuó venciendo a los enemigos sin mayor problema.

La ayudé con el resto apenas pude salir del asombro, y terminamos el trabajo antes de lo que cualquier otra persona hubiera podido hacerlo…

*FIN DEL FLASH BACK*

La miré divertido. Realmente estaba disfrutando de esto… ¡Se notaba que había sufrido mucho con aquella historia!

-¡Mentiroso! –gritó fuertemente, levantándose del lugar del que estaba sentada. ¡No eres más que un estúpido mentiroso!

-¡Gracias! En verdad me halagas con tus tiernos calificativos –repliqué sonriendo.

Observé que estaba intentando romper las cadenas para golpearme. Sin embargo, la tenía muy bien amarrada.

-¿¡Por qué quieres atormentarme!? –preguntó. -¡Ya basta! ¡No quiero escuchar más!

-Quiero atormentarte porque es lo menos que te mereces –dije con recelo. –Me abandonaste con toda la intensión de hacerlo… huiste como toda una cobarde en vez de decirme las cosas de frente –comencé a caminar inquieto por la celda. –Esta no es la peor parte de la historia… aún falta… la mejor parte… así que no te dejaré salir de aquí hasta que termine.

MARÍA´S POV

¿Acaso se estaba haciendo el tonto o sólo estaba jugando conmigo? ¿Después de tanto tiempo seguía siendo tan inocente e ingenuo? ¿Cómo es que no sabía cuáles eran mis intensiones?

¡Estaba tan claro como el agua!… ¡Hasta la persona más idiota en la faz del planeta sabría cuáles son mis intensiones!

-¿No lo sabes aún? –le pregunté, fingiendo sorpresa. –Parece que no has cambiado mucho desde la última vez que nos vimos.

-Habla de una vez –me apresuró. –No tengo tu tiempo. Debo ir a buscar a Alice.

¡Esa niñita!… ¿Qué tenía esa niña que no tuviera yo?

Ella era pequeña, y su cuerpo no estaba muy desarrollado que digamos. En cambio yo era casi la chica perfecta. Cualquier chico se moriría por tener a su lado a alguien como yo: alta, hermosa, de buen cuerpo… ¿Qué era lo que le gustaba de esa… chica?

-Quiero que vengas conmigo… -le dije, acariciando su mejilla con mi mano. –No te necesito a mi lado para luchar. Ya aprendí mi lección –me acerqué a su oído y susurré. –Te necesito como pareja. Te necesito como el hombre que eres…

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