miércoles, 17 de marzo de 2010

El juego del Rastreador y la Cazadora

El juego del Rastredor y la Cazadora

Vicotoria's Pov


Él era el rastreador, yo la cazadora. Ese era nuestro juego; uno en dónde los humanos luchaban inútilmente contra nosotros por su supervivencia.

Hemos estado juntos desde que nos conocimos, fingiendo tener un romance para no sentirnos abatidos por la soledad y el aburrimiento que conlleva la vida inmortal.

Por lo general, James buscaba a la víctima y yo la atraía hacia nosotros para acabar con su patética existencia. Definitivamente éramos un equipo perfecto.

De repente, ya no éramos una pareja; nos convertimos pronto en un gran trío en cuando Laurent decidió unírsenos. Al principio no estaba muy convencida sobre la idea de un nuevo integrante en el grupo, pero James insistía en que tal vez nos podría ser útil algún día.

Las cosas se volvieron más aburridas con la presencia de Laurent. Él era un hombre serio; no nos dejaba jugar con la comida, y ahora debíamos cazar en los lugares más alejados de la civilización y poner los cuerpos en lugares en dónde pudiera parecer que fueron atacados por algún animal salvaje.

Siempre que Laurent se encontraba lejos, intentaba convencer a James de que acabáramos con su vida, pero ya no tenía caso intentarlo.

Nos encontrábamos en un pequeño pueblo llamado Forks, este sitio tenía poca población. Sin embargo, tenía un gran bosque y varias zonas alejadas excelentes para la cacería.

Caminamos por el bosque después de cazar; un potente sonido llamó nuestra atención. Este provenía de una parte cercana al bosque, y sabía que iba más allá de la tormenta que se avecinaba.

Mis sospechas se disiparon en cuanto un objeto voló en dirección a nosotros a toda velocidad, y Laurent lo atrapó en el aire antes de que impactara contra su cara. Se trataba de una bola de Baseball; de seguro alguien estaba jugando cerca de aquí y, a juzgar por la fuerza y la velocidad con la que venían, podía jurar que eran como nosotros: vampiros.

Los tres nos sonreímos. Definitivamente, era extraño que hubiera vampiros en un pequeño pueblo como este.

-Vamos a saludar –dijo James. –Tal vez tengan campo para tres jugadores más.

Cambiamos la dirección de nuestro camino para encontrarlos.

-Creímos haber escuchado a alguien jugando –les dijo Laurent, lanzándole la pelota de Baseball al que parecía ser el líder de aquel grupo: Un hombre de cabello rubio y ojos dorados. –Soy Laurent, y ellos son James y Victoria.

Aquel hombre rubio, el líder del grupo nos presentó a su familia.

Aquel extraño grupo de vampiros se comportaba de una manera muy misteriosa. Escondían algo, estaba segura de ello.

Intentaban parecer tranquilos; sin embargo, no eran muy buenos fingiendo. Se les podía notar un pequeño dejo de preocupación, especialmente a un chico de cabello cobrizo.

-¿Hay sitio para unos pocos jugadores más? –preguntó Laurent.

No escuché el resto de la conversación, me pareció sumamente aburrida. Hasta que Carlisle mencionó una invitación a su casa. Miré a James un poco confundida, y él me devolvió una mirada de confusión también.

Hubo otro momento de conversación más, y de pronto, llegó una pequeña ráfaga de viento. Cerca había un humano, él lo había olfateado.

Lo oí inhalar fuertemente, y luego se quedó mirando a la chica que se encontraba detrás del joven de pelo cobrizo.

James había encontrado a nuestra próxima víctima, el juego estaba a punto de comenzar.

Carlisle les ordenó a los más jóvenes que se llevaran nuestro almuerzo, pero nosotros teníamos un plan para cualquier ocasión o contratiempo. Nos gustaba jugar con nuestras propias reglas.

Esta es mi modalidad de juego favorita: Lucha por sobrevivir. Ambos grupos competiríamos por la vida de la chica; unos para tomar su vida, y otros para intentar salvarla. Sin embargo, sólo uno resultaría victorioso. Esta sería la ley del más fuerte, una lucha entre la vida y la muerte por un objetivo en común.

Sangre, dolor y muerte seguirían al perdedor por el resto de la eternidad, mientras el ganador conseguía el dulce sabor de la victoria.

Yo me encargaría de acabar con las chicas, mientras que James se haría cargo de cualquiera que estuviera cerca, y traería el premio hasta nosotros. Laurent se haría cargo si algún enemigo llegase a escapar.

Les dimos unos cuantos segundos de ventaja para hacer el juego más interesante, y luego comenzamos a correr en diferentes direcciones, buscando indicios de los jóvenes Cullen y la humana.

Finalmente, me quedé en el bosque espiando a Laurent. Había algo muy extraño: él estaba pasando mucho tiempo con Carlisle y su familia. ¿Acaso el muy tonto estaba pensando en traicionarnos? Ya me encargaría de él después…

Corrí a las afueras del bosque. De seguro algún enemigo estaba cerca…

De repente las vi; iban a toda velocidad en un auto. Me apresuré a seguirlas y, cuando creí que podía tomarlas por sorpresa, salté frente al auto y lo detuve con una mano.

La primera mujer en bajar del auto era pequeña y delgada, y su cabello era ondulado color caramelo. La segunda era rubia, de cabello largo y alta.

Ambas estaban en posición de ataque y me miraban con cautela.

Definitivamente, ambas eran buenas en pelea; sin embargo, encontrar puntos débiles era mi punto clave. Las dos eran bastante lentas.

Estaba a punto de destruir a la rubia, cuando mi celular sonó. Se trataba de James, necesitaba unos cuantos datos sobre la chica, como: Dirección de su casa en Phoenix, número de su celular, y el nombre y ubicación de algún establecimiento en dónde ella hubiera estado.

Tuve que dejar la pelea como pendiente. En ese momento el premio era el objetivo más importante, algo que no debía perderme.

James, que había seguido a la chica a su casa, me dio la dirección exacta para que yo me infiltrara a buscar la información que necesitábamos.

Llegué a aquella casa en tiempo récord; entré por una ventana, la cual resultó ser la de su habitación. Revisé el cuarto con la vista, y luego abrí las gavetas de su mesa de noche, su armario y el escritorio en busca de alguna información útil.

En su escritorio encontré su nombre en el armario no había nada, y por último en su mesa de noche estaba la fotografía de una niña vestida de bailarina.

Vi un ordenador viejo, y una computadora que podría pasar por prima de un dinosaurio. Sin embargo, me senté en la silla que estaba frene a la computadora y la encendí.

Busqué en internet sobre las diferentes academias de danza en Phoenix, hasta que encontré la que necesitaba, y definitivamente, esta escuelucha de cuarta no se preocupaba por resguardar la seguridad de sus estudiantes.

Llamé a James y le di los datos que necesitaba; el me pidió que lo esperara en el bosque en un día, y después colgó.

(…)

Esperé un día, dos, una semana; sin embargo, él nunca regresó, ni devolvió ninguna de mis llamadas.

Caminé sin rumbo alguno; de seguro James estaba intentando asustarme, pero todo cambió en cuanto los vi… allí, bajándose de un Volvo plateado, se encontraban el vampiro de cabello cobrizo… con la humana.

No podía creer que hubieran acabado con James; esto no podía ser cierto, tenía que ser una broma…

¡Esos malditos! ¿Cómo habían podido acabar con él? Ya me las pagarían… ya lo verían. Las cosas no se quedarían así.

La muerte de James sólo me había llevado a desear con más fuerza la vida de aquella humana, y no descansaría hasta poder obtenerla.

Él era el rastreador, yo soy la cazadora y, por más que él ya no estuviera aquí; el juego aún no terminaba. Tan sólo había perdido el primer round. No me daría por vencida, ya faltaba poco para empezar la segunda etapa del juego.

La leyenda de las cataratas de Siang

La leyenda de las cataratas de Siang

Alice Pov


No entendía que estaba pasando, Jasper desaparecía cada noche, y se iba quién sabe a dónde. No desconfiaba de él, pero toda esta situación me parecía muy extraña.

Por las mañanas íbamos al instituto; las tardes las pasábamos juntos, y en las noches me daba un beso, salía de la casa y no regresaba hasta el amanecer. ¿Qué tanto estaba haciendo?

(…)

Una noche, después de tomar mi baño acostumbrado, vi una pequeña nota sobre la mesita de noche. Escrita con su letra: "Te veo afuera. Tengo una gran sorpresa para ti".

Me alisté rápidamente; no podía esperar para ver la sorpresa que él me tenía preparada.

Salí de la casa dando pequeños saltos. Me sentía muy emocionada. Definitivamente debía tratarse de algo realmente bueno, Jasper no es de las personas que se andan con rodeos.

Me encontré con él por fuera de la casa. Me recibió con un fuerte abrazo y un pequeño beso en los labios.

-Ven, hay algo que quiero mostrarte –dijo, tomando mi mano, y comenzando a guiarme por el bosque.

-¿A dónde me llevas? –pregunté con curiosidad.

-Esa es parte de la sorpresa –murmuró con ternura. –Pronto llegaremos.

Caminamos hasta cierto punto del bosque, y entonces, Jasper se detuvo.

-¿Por qué tanto misterio? –interrogué divertida, al ver que se detenía en medio de la nada.

Sonrió un poco, y se adentro más, hasta que el camino se terminó, dando paso a unas enormes cataratas; sus aguas caían fuertemente, lo cual provocaba que parecieran un hermoso arcoíris. Que terminaba en tranquilo, pero profundo río.

-Vamos, lo que quiero mostrarte está en las cataratas –me miró con una pequeña sonrisa. –Es algo muy importante.

Tomó mi mano con un poco más de fuerza, y esperó a que le diera una señal de que estaba lista para lanzarme a la cascada.

Como señal, di un paso al frente, y entonces saltamos.

Nadamos por el río, hasta llegar a la parte en dónde empezaba la cascada. Escalamos la catarata con dificultad, pero después de unos instantes logramos subir.

Detrás de la cascada, había una especie de cueva; la cual estaba iluminada por tan solo unas cuantas velas.

-¡Es un lugar precioso! –exclamé, dando vueltas por todo el lugar.

Las paredes del lugar tenían diamantes que brillaban en la oscuridad.

-La historia de este lugar, fue la de una esclava que luchaba por su libertad y la de su gente.

-¿Una esclava? –pregunté con interés.

-Así es –respondió, caminando de un lado al otro. –Siang era una joven esclava que ayudaba a los demás esclavos con sus necesidades a espaldas de sus amos.

Durante sus años de libertad, Siang siempre fue una gran líder fuerte e inteligente. Sin embargo, el ejército de Darkclum tomó sus tierras y los tomó por esclavos.

Siang terminó trabajando en la casa de los reyes de Darkclum. Sin embargo, sus ideas de libertad siempre la acompañaban a cualquier lado a donde fuera. Por esa razón, empezó a robarles cosas a sus amos en señal de protesta, la cual nunca fue escuchada.

Se dice que cada objeto que Siang robó de la casa de los reyes de Darkclum lo escondía en este lugar. Sin embargo, Siang tenía una pertenencia valiosa por la que la reina mostraba interés. Así que intentó persuadir a Siang por un mejor trato y todo lo que ella pudiera necesitar, pero Siang era muy obstinada, y no quiso ceder ante tal trato, así que la reina le pidió a unos guardias imperiales que la siguieran a su escondite, y que hicieran cuanta cosa fuera posible para convencerla.

Nada funcionó, Siang nunca cedió ante las amenazas ni advertencias ni de la reina ni de los soldados. Por más castigos y malos tratos que recibía, ella nunca se daba por vencida.

Entonces la reina, cansada de las negaciones de la muchacha, exigió a sus guardias que asesinaran a la chica.

Estos, obedeciendo las órdenes de su ama, ellos dos, se adentraron en este lugar, e intentaron quitarle aquel hermoso collar que le había regalado su padre. Sin embargo, Siang no dejó que se llevaran su posesión más presiada.

Aquellos hombres, mataron a Siang después de estar forcejando durante varios minutos con ella. Sin embargo, fue imposible despegar el collar de su cuello. Nadie sabe ni como ni porque, pero nadie lo consiguió.

Se dice que cada vez que alguien consigue entrar a este lugar, su deseo más preciado se hará realidad. Por eso fue que te traje aquí.

-¿Y cuál es tu deseo exactamente? –pregunté emocionada.

Me miró a los ojos con ternura y tomó mi mano.

-Esto –murmuró deslizando un pequeño anillo en mi dedo. –Alice… ¿te quieres casar conmigo?

-Sí –acepté lanzándome sobre él.

No necesitaba estar en este lugar ni en ningún otro para aceptar su proposición, estaba segura de que lo amaba, y de que sería feliz con él por toda la eternidad.

Niño de la Calle


EMMET´S POV

Mi nombre es Emmett, tengo nueve años, y soy… un niño de la calle.

La vida en las calles es muy dura; hay que trabajar constantemente, hacer maniobras peligrosas, y a veces hasta hay que robar para poder sobrevivir. No tienes una casa, ni un lugar donde refugiarte del frío de la noche, y si tienes muy mala suerte ni siquiera tienes que comer durante un día… o tal vez hasta más.

Yo por lo general me dedico a hacer maniobras con antorchas de fuego y a pedir limosna por las calles. Pocas veces me dedico a robar; no me gusta hacer ese tipo de cosas. Sin embargo, cuando ya no aguanto el hambre o comienzo a sentirme débil, lo hago; me han enseñado buenos trucos para sacar la billetera a cualquier persona que pase por la calle.

Llevo mi cara manchada con hollín y tierra; mis costillas están a simple vista y mis ojos casi no tienen brillo.

Mi padre murió cuando yo tenía seis años y desde ese momento mi vida cambió por completo. Mi madre me miraba con odio y cada vez que tenía la oportunidad me decía que yo tenía la culpa de todo.

En casa estábamos llenos de deudas que no podíamos pagar, y poco a poco fuimos perdiéndolo todo, hasta que nos quedamos sin casa y sin pertenencias.

Desde ese entonces, todos los días debo soportar las golpizas, insultos y gritos de mi madre, cuando el dinero que le llevo no es la cantidad que ella espera.

Poco tiempo después de la muerte de mi padre, ella comenzó a consumir drogas cada vez más potentes. Sin embargo, no podía evitar amarla, por más mal que me tratase. Yo la amo y la respeto porque ella es mi madre, me dio la vida… y tal vez, muy en el fondo, también me quiera.

Por ella es que me levanto cada día al amanecer y regreso al anochecer con todo el dinero que gano durante el día.

Yo quiero verla feliz, y aunque sé que ninguno de mis intentos la va a complacer, no me importa. Seguiré intentando hacer que por primera vez, después de todos estos años, ella se sienta orgullosa de mí.

Conforme los días pasan, la situación se vuelve cada vez más desesperante. Mamá comienza a pedir cada vez más cosas, y apenas alcanza el dinero para comparar los alimentos del día.

-¡No me importa lo que tengas que hacer, niño estúpido! –me dice, mientras me golpea fuertemente la espalda -¡No me importa si tienes que robar, asesinar o esforzarte más en tu trabajo! ¡No regreses hasta que traigas lo que te he pedido! –me tira del cabello para que la mire. -¿Me has entendido?

¡Y ahí está de nuevo mi hermosa y cariñosa madre!

¡Bah! Ya se le pasará.

-Claro… -respondo, sonriendo un poco. Ya estoy acostumbrado a todo esto, y ahora estoy empezando a ver la vida de manera diferente…

Me levanto del suelo, me sacudo un poco el polvo de la ropa vieja y desgastada que llevo, y salgo de la casa.

Camino hacia la ciudad lentamente, pensando en lo que pueda hacer para recolectar todo el dinero que necesito, antes de que sea muy tarde.

Aunque no me gusta mucho la idea, tendré que robar un par de veces, hacer más de diez presentaciones y pedir limosna en las calles para tener lo que mamá pide… pero es posible de lograr.

¡Tengo que ser positivo! Las personas negativas no ganan nada.

Sonrío para mí mismo y continúo por el camino, con la nueva esperanza de que algún día no tendré que hacer ninguna de estas cosas.

Primero hago dos presentaciones en el parque con las antorchas de fuego. Las tiro al aire para después atraparlas; les doy vueltas a mí alrededor, y después viene el favorito de todos: cuando pongo un poco de alcohol en mi boca y después lo escupo en las flamas, para que éstas crezcan y se muevan hacia arriba.

Después de eso, robo la billetera de dos personas que se encuentran distraídas. No es difícil sacarlas de sus bolsillos; ya había ganado mucha experiencia en este trabajo, se estaba convirtiendo en algo cotidiano.

Después, continúo con las presentaciones en la calle principal, mientras los semáforos se encuentran de color rojo.

Ya he ganado bastante; sin embargo, todavía no es suficiente para complacer todos los caprichos de mi madre.

Finalmente, me dirijo de nuevo al parque; ahí me encargaré de conseguir el resto del dinero que necesito.

Me acerco a varias personas que se encuentran en el lugar. La mayoría me ignoran, me dicen que no tienen nada para darme, o que si los sigo molestando llamarán a la policía.

De repente, los veo: Se trata de una mujer joven, que lleva a una niña de cabello rubio y a otros dos niños a jugar al parque…

Me acerco cautelosamente a ellos, sin que se den cuenta y comienzo a revisar el bolso de la mujer, en busca del dinero.

-¡Mamá! –chilla la niña de cabello rubio. –Ese niño… -me señala con un dedo.

La mujer se vuelve inmediatamente para verme, sonríe, y extiende su mano para que le devuelva su bolso.

Dejo su bolso en la banqueta en la que ella se encuentra sentada. ¡Es la primera vez que me descubren en un intento de robo! ¡No puedo creerlo!

Salgo corriendo sin mucho éxito; me tropiezo con una piedra. Hacía ya unos días que no comía, y ya comenzaba a sentirme debilitado…

-¡Espera! –grita la mujer, al ver que me trato de poner de pie para correr de nuevo. Al parecer no está molesta.

-Lo siento mucho, señora –me disculpo en cuanto la tengo frente a mí. –Yo…

-¿Cuál es tu nombre? –me pregunta con una dulce sonrisa.

-Emmett –respondo en un susurro.

-Bien, Emmett –dice, como si estuviera hablando con algún amigo. –No le diré a nadie lo que acabas de hacer, pero prométeme que no lo volverás a hacer.

La miro temeroso y asiento con timidez. Algo me dice que puedo confiar en ella, pero las personas suelen ser impredecibles.

-No lo volveré a hacer –prometo. –No me gusta hacerlo, pero es necesario de vez en cuando. Discúlpeme.

-¿Tienes hambre? –me pregunta, mientras me ayuda a levantarme. –Ven conmigo, te comparé algo de comer.

Nos lleva a sus hijos y a mí a una panadería; compra varios panecillos y rosquillas, y me presenta a los niños que la acompañan.

Jasper, es un niño rubio, alto, de ojos color azul. Rosalie, su gemela; la niña que me había acusado con su madre. Tiene el cabello rubio y largo; es alta y muy hermosa. Por último, está Edward, el menor de todos: un niño de pelo cobrizo y ojos color café, de no más de tres años. La misma edad que tiene mi hermanita Alice en estos momentos.

Me quedo un par de horas con ellos, jugando y conversando. Sin embargo, la niña rubia, parece recelosa. Por alguna razón no me quiere entre ellos.

Antes de que ellos se vayan, la mujer me permite mostrarles mis acrobacias a sus hijos. Jasper y Edward están impresionados con mi manejo del fuego; mientras que la mujer y Rosalie me miran con miedo pintado en sus expresiones.

Definitivamente, este ha sido el mejor día de mi vida: Conseguí nuevos amigos y, por primera vez en mi vida, me olvidé de todas las preocupaciones que me rodeaban. Por primera vez pude ser un niño de verdad.

martes, 16 de marzo de 2010

Aquello a lo que los humanos llaman celos

Capítulo 29 -Yo deseo...


-Miren, miren lo que tenemos aquí –murmuró una de las personas de aura oscura. –La pequeña rata a la que le robamos aquel día… ¿Qué haremos con ella hora? ¿La obligamos a pedir el deseo?

-Si ella no lo hace, nadie podrá –indicó una de esas personas. –Tráela aquí.

Aquellos eran los seremos más horribles que Marian había visto en toda su vida. Vestían con largas capas negras, las cuales cubrían completamente la cabeza y la mayor parte de su cara por debajo de las largas mangas de la ropa, pudo ver una mano putrefacta con enormes garras.

Un par manos putrefactas aprisionaron a Marian por los brazos y la llevaron a hacia donde se encontraba el jefe, mientras los otros rodeaban a Alexander.

Marian intentó escapar de las filosas garras de su enemigo, con patadas y golpes, pero por más que lo intentara, era demasiado fuerte para ella sola.

Finalmente, al estar frente al jefe de aquellas personas, pudo verle la cara. Esta era la de una calavera de ojos rojos y mirada malvada.

La joven intentó gritar, pero su voz no salió. Estaba tan asustada que apenas podía moverse.

Intentó llamar la atención de su compañero de viaje, pero este se encontraba ocupado, intentando quitarse a las otras 3 personas que estaban comenzando a atacarlo simultáneamente.

-Ya basta de tonterías –dijo el jefe con seriedad. –Si me haces caso, no lastimaremos a tu amigo, pero si intentas resistirte a pedir nuestro deseo. Nos veremos obligados a acabar con él.

Ellos hablaban muy en serio, Marian lo sabía. Si hacía un movimiento en falso, ellos no dudarían en acabar con Alexander, pero, ¿qué más podía hacer?

-De acuerdo –accedió la chica. -¿Qué es lo que desean que haga? Haré lo que deseen, pero no le hagan daño.

-Muy bien –respondió el líder del grupo. –Así me gusta, niña. Si haces lo que te pedimos, pronto estarás libre.

-Dime lo que tengo que desear –murmuró Marian con voz temblorosa.

-Queremos que traigas al sexto demonio de la destrucción –contestó aquel ser tomando el rostro de la joven con sus asqueroso dedos.

La chica intentó mirar a Alexander, pero este estaba siendo torturado por aquellos demonios. Los cuales a simple vista no parecían muy fuertes, pero era sólo su apariencia, ya que su fuerz a sobrepasaba por mucho la de Alexander.

El demonio que había capturado a Marian, depositó la gema en la mano de la chica y separó de ella y del jefe para unirse en la pelea contra Alexander.

La joven miró a su compañero a lo lejos. Le dolía ver como Alex no podía ni siquiera levantarse del suelo, en dónde aquellos deplorables seres lo golpeaban sin piedad.

-¡Ya basta! –gritó Marian angustiada. –Prometieron que no le harían daño.

-Cumple nuestro deseo y lo dejaremos vivir –sentenció la calavera. –Te aconsejo que te de prisa, de lo contrario, ellos lo mataran antes.

No tenía más remedio que obedecer las órdenes enemigas, si quería volver a ver a su amigo con vida.

Agarró la gema, la aprisionó contra su mano y cerró sus ojos con fuerza.

Lo pensó por unos instantes, pero el deseo de salvar a su amigo era mucho más fuerte que cualquier otra cosa. Sin embargo, ¿para qué desear lo que ellos pedían, si de algún modo podía ayudar a Alexander?

Sabía que no podía librarlo de aquella batalla, pero si podía convertirse en algo que lo ayudaría a tener una lucha un poco más pareja.

"Deseo ser el arma más poderosa de todas para ayudar a Alex a salir de esto…" De repente, su forma humana comenzó a distorsionarse poco a poco. Hasta que se terminó por convertir en una oz de un extraño metal de color negro.

Aquella arma misteriosa, llegó a manos de Alex como por arte de magia. Era como si fuera atraída por un imán, o algo parecido.

Sin embargo, cuando él la tomó con sus manos, fenómenos extraños comenzaron a aparecer por todo el mundo. El día nublado se cubrió con la oscuridad, como si fuera de noche, todo rastro de luz del día desapareció. Lo único que quedaba, era una enorme luna de color rojo sangre.

Vientos huracanados comenzaron a aparecer, junto con rayos que iluminaban el cielo de vez en cuando.

Los animales estaban asustados e intentaban refugiarse.

Las luces de todas las casas se apagaron de un momento a otro, y por más que intentaran encender una vela, la luz no se encendía. Era como si una especie de magia estuviera influyendo en todos los elementos de la naturaleza.

(…)

Los ojos de Alexander se oscurecieron al instante en que su mano tocó el arma, la expresión de su cara cambió por una faceta de maldad pura. Los músculos de su pecho resaltaron aún más.

-¿Quién diablos fue el que me despertó? –preguntó Alexander con una voz que no era la suya. -¡Estúpidos! El momento aún no ha llegado, yo no debería estar aquí.

Aquello a lo que los humanos llaman celos

Capítulo 28 -Extraños Presentimientos

JASPER´S POV

Por fin mi pequeña estaba de regreso, después de tanta espera, podíamos volver a estar juntos.

Alice venía cargando miles de bolsas consigo. Parecía como si hubiera saqueado miles de tiendas ella sola.

La ayudé a subir todo a nuestra habitación, y cuando ya creí que podría estar a solas con ella, la puerta sonó.

-¡Traigo más bolsas! –gritó Emmett desde afuera. –La pequeña se ha raido todo lo que había en las tiendas.

Abrí la puerta para que Emmett pudiera pasar, e inmediatamente después, Edward apareció con otro montón de bolsas más.

Todos la miramos en busca de alguna explicación, pero recibimos la misma respuesta de siempre…

-Esta es sólo la mitad de lo que necesito –respondió sonriendo. –No sólo debía renovar mi guardarropa, ¡me voy a casar, y eso amerita tener que comprar más cosas!

Definitivamente, esa era mi pequeña, una gran fanática de las compras, pero aún así, era la persona que más amaba en este mundo.

MARIAN´S POV

Alex era una persona muy seria y fría; sin embargo, estoy segura de que dentro de él se encuentra un corazón muerto que fue lastimado hace mucho tiempo.

Quería saber que había más allá de esa máscara oscura que siempre mostraba.

Yo quería ser la persona que lo sacara de aquella oscuridad en la que estaba metido. Deseaba enseñarle el mundo de una manera distinta, en dónde nunca era tarde para ser feliz.

Sabía que él no era una mala persona, y por eso quería ayudarlo.

(…)

Estábamos viajando por el oeste, en busca de aquellos que habían robado mi gema; sin embargo, ellos ya debían estar muy lejos de nosotros, y lo peor, no sabíamos en qué dirección se habían ido.

-Es inútil, Alex –dije ya sin esperanza. –No los encontraremos nunca.

-¡Ya basta, niña! –exclamó molesto. –Sigue buscando y deja de molestar.

Continuamos con el camino en silencio. Sin embargo, entre más avanzábamos, me sentía cada vez más insegura; era como si todos mis sentidos me alertaran sobre un peligro que estaba más allá del camino.

Tenía miedo de lo que pudiera encontrar más adelante si caminábamos más, pero, ¿cómo podía explicarle a Alex lo que estaba sintiendo? Si le contara lo que me sucedía, de seguro pensaría que estaba enloqueciendo.

Me detuve de improviso, esperando que él también lo hiciera, pero ese momento nunca llegó.

-No quiero continuar, Alex –murmuré débilmente. –No quiero ir por allá.

-¿Por qué? –preguntó con el mismo tono indiferente de siempre.

-Hay algo malo ahí, puedo sentirlo –respondí con enfado. –No pienso moverme de aquí.

-No eres más que una cobarde –me dijo.

-Tengo miedo, mucho miedo –afirmé finalmente. –No iré a ese lugar, no pienso continuar con esto.

Alex se acercó a mi y tomó mi mano suavemente y comenzó a caminar de nuevo. No lo detuve esta vez, sabía que eso nada más empeoraría las cosas.

Conforme avanzábamos, podía sentir como la atmósfera a mi alrededor se volvía más tensa y aterradora. Sin embargo, aquella sensación se transformó en un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo.

Podía sentir cinco auras oscuras muy cerca de aquí. Si continuábamos con el camino, de seguro desataríamos un derramamiento de sangre inocente, pero Alex no se detuvo.

-Miren, miren lo que tenemos aquí –murmuró una de las personas de aura oscura. –La pequeña rata a la que le robamos aquel día… ¿Qué haremos con ella hora? ¿La obligamos a pedir el deseo?

ALICE´S POV

Por fin estaba de vuelta en casa, y Jasper esperaba por mi adentro. Sin embargo, había comprado tantas cosas, que no pudimos estar solos hasta horas después.

Las caricias y los besos no se hicieron esperar en cuanto la puerta por fin se cerró por última vez.

Todo aquello me había hecho recordar lo que había sido mi mejor día hasta que conocí el bosque de los enamorados.

*FLASH BACK*

El baile de bienvenida estaba a sólo unos días y, como era de esperarse, yo estaba organizándolo todo.

Casi nunca me encontraba en casa por todo el trabajo que tenía como la organizadora oficial del gran evento. Siempre trabajaba día y noche para que todo saliera perfecto. No quería que ni un solo detalle se escapara de mis ojos. Sin embargo, estar sin Jasper a mi lado me hacia sentir incómoda.

Jasper y yo, tan sólo estábamos juntos durante unos cuantos minutos, unas cuantas horas, con suerte. Durante los cortos lapsos de tiempo en los que podíamos estar juntos, me dispuse a enseñarle a bailar.

Todo el asunto del evento me tenía loca de la emoción, por lo general llevaba a los chicos de tienda en tienda para conseguir lo último de la moda en trajes y vestidos de la época.

(…)

El día del baile no tardó en llegar.

Había invitado a Jasper días antes de comenzar con los preparativos de la fiesta. Él me había dicho que sí, definitivamente no había otra persona con quién quisiera ir que él.

Me fui unas hora antes de que el baile comenzara para hacer las últimas pruebas de sonido y luces antes de que todos llegaran.

Había decorado el gimnasio con miles de luces de colores y grandes guirnaldas que colgaban de la parte superior del lugar.

No quería que el lugar pareciera un simple gimnasio de colegio, así que puse todo mi empeño en que pareciera un lugar realmente mágico.

Miré a Jasper a lo lejos, me levanté de la silla en la que estaba sentada y fui dando pequeños saltitos hacia dónde él estaba.

Me recibió con los brazos abiertos, los cuales me abrazaron con fuerza, y yo me abalancé sobre él y le di un pequeño beso en la mejilla.

-¿Y bien? –pregunté mirándole con ilusión. -¿Qué te parece la decoración? ¿Te gusta mi vestido?

-En verdad has hecho un buen trabajo con este lugar –contestó, haciéndome girar para poder observarme desde todos los ángulos posibles. –Creo que realmente ese vestido fue hecho para ti. Te ves muy hermosa.

Realmente su comentario me había hecho sentir muy bien, así que comencé a dar vueltas a su alrededor por la emoción.

-Vamos a bailar, ¿sí? –dije, lanzándole una mirada de súplica. –¡Por favor, Jasper! ¡Baila conmigo!

Él nunca me había negado nada. Siempre le gustaba cumplir cada uno de mis deseos.

Me ofreció su brazo y caminamos hacia la pista de baile, la cual ya casi estaba completamente llena.

Después de pocos segundos de estar bailando, nuestros movimientos estaban perfectamente sincronizados.

Con el paso de los minutos, la pista quedó casi vacía. Tan sólo quedábamos Emmett y Rosalie, y Jasper y yo.

Las personas que antes estaban en la pista, formaron un círculo a nuestro alrededor y nos miraban como si de un show traído de las Vegas se tratase.

Los ojos de Jasper estaban oscureciendo, estaba hambriento, lo sabía. Sin embargo, al parecer aún podía tenerlo bajo control por algunos días más.

Edward parecía estar aburriéndose mucho ahí solo, sentado en una mesa viéndonos bailar.

-Oye, ¿te importaría bailar unas cuantas canciones con Edward? –me preguntó Jasper, después de que terminamos de bailar otra de las canciones. –Parece aburrido…

-¡Claro que no! –respondí con una sonrisa. –Sólo serán unas cuantas canciones…

Jasper tomó el lugar de Edward en la mesa, mientras Edward y yo comenzábamos a bailar.

De repente, una nueva visión llegó a mi… se trataba de un grupo de chicos que golpeaba a un chico, al cual su sangre comenzaba a caer en el suelo llamando la atención de Jasper. Esto definitivamente sería un gran problema para él.

Hice que Edward se detuviera, y fui en busca de Jasper. Estuve realmente preocupada por la reacción de Jasper. Sin embargo, él se contuvo y salió apresuradamente del gimnasio.

-¿Te encuentras bien? –le pregunté cuando lo vi ahí en el suelo mirando las estrellas. Sacándolo de sus pensamientos. -¡Vaya! ¡Qué noche más hermosa!

Crucé mis brazos detrás de mi espalda y miré preocupada hacia el cielo. Sabía que si lo miraba directamente a él, lo haría sentirse peor.

Se levantó de donde estaba y me rodeó con sus brazos.

-Ahora me siento mucho mejor –respondió con una expresión seria. –Lo siento, estuve a punto de arruinar todo… En verdad lo lamento mucho.

Acaricié su mejilla y le sonreí.

No estaba molesta con él, sabía que nada de esto era su culpa, aunque él pensara lo contrario.

Nos sentamos en la hierba a mirar la luna y las estrellas, las cuales estaban dando su mejor espectáculo para nosotros. Era como si supieran que estábamos ahí observando y quisieran que viéramos la mágica atmósfera que podían reflejar para nosotros.

Jasper tomó mis manos y de nuevo miró hacia el cielo para seguir disfrutando de la magnífica noche que se presentaba ante nuestros ojos.

(…)

La fiesta casi llegaba a su fin, pero para nosotros ya nada de eso importaba. Nos teníamos el uno al otro.

-¿Quieres regresar al baile? –preguntó, sacándome de mis pensamientos.

-¿No podemos quedarnos un poco más? –hice un pequeño puchero. –La noche me encanta. No me arruines el momento.

Nos recostamos en el césped a seguir disfrutando del paisaje.

Justo cuando nos levantamos para regresar al gimnasio, en lo más alto del cielo, vimos una estrella fugaz surcando el cielo nocturno.

Inmediatamente y sin pensarlo dos veces, le pedí mi deseo.

"Estrella de la noche, quiero que cumplas mi deseo…" dije en mi mente con suma rapidez. "Deseo que algún día Jasper y yo podamos ser felices para siempre. Como en un cuento de hadas"

Nos sonreímos y continuamos con nuestro camino para bailar la última canción de la noche. Era una canción romántica, como se acostumbra en todos los bailes.

Sus brazos rodearon mi cintura, mientras los míos se posaban alrededor de su cuello. Comenzamos a movernos lentamente al ritmo de la música; por más que la pista estuviera abarrotada y ya no cupiera una pareja más, nosotros seguíamos bailando, moviéndonos como si fuéramos la leve brisa de verano, que mecía las hojas de los árboles.

*FIN DEL FLASH BACK*

Definitivamente aquel día estaría para siempre en mi memoria, ya que pronto el deseo que le había pedido a aquella estrella se haría realdad, y él y yo seríamos felices por siempre.

Nuestra relación ya había probado ser lo suficientemente sólida como para superar cualquier tipo de obstáculo, y ahora que habíamos superado todas las pruebas, era nuestro momento para ser felices.

Aquello a lo que los humanos llaman celos

Capítulo 27 -Vampiros

JASPER´S POV

Rose y Esme se habían llevado de compras a Alice.

Ahora que por fin había regresado a casa después de casi una semana de cacería, y era ella la que no estaba.

Extrañaba a mi pequeña, tenía muchos deseos de verla. Aquella semana había sido un completo tormento. Sólo esperaba que regresaran pronto.

Subí a mi habitación, y al entrar. Vi la cama un poco desordenada. De seguro Alice había estado aquí antes de irse.

Me acosté en la cama, miré al techo y dejé que mis pensamientos me invadieran por horas, después de todo, aún faltaba algunas horas para que las chicas regresaran.

*FLASH BACK*

Nos encontrábamos viajando por Europa, no íbamos a ningún lugar en especial, tan sólo viajábamos juntos conociendo el mundo.

No me gustaba tener que separarme de ella, pero de vez en cuando era necesario para no levantar sospechas.

Cuando veíamos que el día comenzaba a oscurecerse y la noche empezaba a hacer su aparición, nos metíamos en alguna posada que estuviera en el camino, y ahí pasábamos la noche.

(…)

Nos encontrábamos en una posada en los límites europeos, cuando de repente Alice se quedó como ausente, por más que le hablara, ella no contestaba. Parecía estar muy concentrada en algo.

-Alice… -la llamé por cuarta vez. -¡Alice!

Me miró un poco confundida por fin, y luego sonrió.

-Lo siento… -murmuró. –Es que yo…

Me contó sobre las extrañas visiones que tenía de vez en cuando y sobre lo que acaba de ver en esta ocasión.

Se trataba de una familia de vampiros al igual que nosotros, con cualidades especiales. Especialmente una, ellos no se alimentaban de la sangre humana, si no de sangre de animales.

Me contó sobre cada uno de los miembros de la familia y un poco de lo que hacían y como lo hacían.

Ellos eran diferentes, realmente especiales; sin embargo, ¿cómo eran capaces de vivir sin la sangre humana?

-¿Quieres que vayamos a conocerlos? –le pregunté.

-Me gustaría, pero… -comenzó a decir.

-Si eso es lo que quieres, yo te acompañaré –respondí.

-¿Estás seguro? –interrogó mirándome con preocupación. –Si nos quedamos con ellos nada será lo mismo, Jasper. Y no podremos volver a beber sangre humana –me recordó -¿Aún así estás dispuesto a acompañarme?

-Sí –contesté con seriedad.

No pensaba perderla ahora que la había conocido.

Me sacrificaría por ella, dejaría la sangre humana para estar con ella. Quería hacerla feliz, y sabía que no había nada que la hiciera más feliz que eso.

*FIN DEL FLASH BACK*

Amo a mi familia, realmente no me arrepiento del sacrificio que tuve que hacer para poder estar hoy aquí.

Todo había valido la pena, mis hermanos, mis padres y sobre todo, mi pequeña Alice.

EMMETT`S POV

Era la tarde más aburrida en años; acabábamos de llegar de cacería, y sólo Edward se encontraba en casa cuando regresamos a casa. Eso quería decir que podía solo podía molestar a Edward y a Jasper; esto no sería tan divertido como si las chicas estuvieran merodeando por aquí.

Me dispuse a pensar en que podía hacer para fastidiarlos; sin embargo, por primera vez en mi vida, no se me ocurría nada.

Edward estaba intentando persuadir a Jasper de que no fuera a buscar a las chicas; podía escucharlo todo desde mi habitación.

Esto no sería tan divertido como molestar a alguien, pero, al menos sería más divertido que quedarme esperando a chicas sentado sin hacer nada.

Me disfracé con calma, y salí en dirección a la habitación de Jasper y Alice. El sonido de sus voces provenía de ahí.

Asomé mi cabeza por la puerta y ellos me miraron.

-Emmett, ¿qué haces? –preguntó Edward -¿Qué eres ahora?

-Un vampiro –respondí saliendo de mi escondite. –Quiero que vean mi nueva teoría.

Me había puesto un traje de vampiro con colmillos falsos.

-¿Qué quieres probar? –interrogó Jasper burlándose de mí.

-Miren, ¿cuál vampiro es mejor? –comencé. -¿Este que es de una película mala, de bajo presupuesto, o yo, un vampiro lindo y sexy?

Les dije quitándome la peluca y los colmillos, y volviéndomelos a poner para demostrar mi punto.

Ambos comenzaron a reír fuertemente.

-Ni tienes remedio –dijo Edward aún riendo. -¿Algún día dejarás de hacer esas cosas?

ALEXANDER´S POV

Aquella chica extraña me estaba siguiendo mientras tarareaba una horrible canción, la cual estaba empezando a desesperarme.

¿Acaso me había equivocado y esta chica sólo era una loca que no tenía nada interesante que contar?

-¿Podrías callarte? –le dije con seriedad.

-Perdón… -murmuró la chica, callándose al instante. –No lo volveré a hacer.

Seguimos con nuestro camino en silencio; sin embargo, no entendía porque mientras más tiempo pasábamos en silencio, peor me sentía.

De vez en cuando, me volteaba para verificar que ella aún estaba ahí, y cada vez que lo hacía, una alegre sonrisa iluminaba su rostro. ¿Por qué estaba sonriendo? Yo había arruinado su vida, la había transformado en un monstruo, y aún así, a ella no parecía importarle.

-Tengo hambre –se quejó débilmente. –Tantos humanos cerca, el olor de su sangre me hace la boca agua. No soportaré mucho sin atacar a nadie.

¡Maldición! Lo había olvidado por completo, esta chica no se había alimentado desde que la convertí.

-Intenta resistir, el próximo bosque está muy cerca.

Sus ojos se oscurecían cada vez más, mientras los humanos pasaban a nuestro alrededor.

Comenzó a gruñir, pero cuando estuvo a punto de abalanzarse sobre un humano, la detuve.

Una de las cosas importantes que había aprendido de Alice, era que no debía atacar humanos más que cuando era necesario.

-¡Suéltame! –exclamó entre dientes, con una voz muy diferente a la suya. Esta sonaba como la de una lunática.

La sostuve contra mi pecho fuertemente, pensando en lo que podía hacer. Tenía que hacer algo antes que la situación se saliera de mi control.

La tomé en mis brazos y corrí al bosque lo más rápido que pude.

Llegamos ahí cinco minutos después; esta chica realmente causaba problemas.

Tuve que esperar a que desangrara tres osos para que regresara a la normalidad.

-Disculpa si te causé problemas –me pidió. –Soy Marian, de las tierras marginales del sur, ¿y tú eres…?

-Alexander –respondí simplemente. -¿Qué fue lo que sucedió antes que te convirtiera?

-¡Oh, eso! –comentó con tristeza. –Intentaron robarme la gema que mi madre me dio antes de morir. Esta gema era muy especial –se sentó a mi lado, y apoyó su cabeza en mi hombro. –Podía cumplir algunos deseos a una persona de corazón puro.

Revisó su cuello, como si algo estuviera colgando en él.

-No tiene caso que lo busques, Marian –le dije. –Se la han llevado con ellos.

-Entonces, tendré que ir a buscar a esos sujetos –murmuró con rabia. –Quiero mi gema de vuelta, ¿vendrás conmigo?

-No tengo otra opción –repliqué. –Ahora estás a mi cargo, y quiero que recuperes lo que te pertenece.

Sus ojos recuperaron su alegría, y su habitual sonrisa volvió a iluminar su rostro.

Me abrazó con fuerza, y después besó mi mejilla.

Realmente era una chica bastante atrevida y misteriosa. Sin embargo, sin darme cuenta, estaba empezando a disfrutar de su compañía.

ALICE´S POV

Me encontraba en el centro comercial con mi hermana y mi madre, comprando algunas cosas para la boda.

Sí tenía muchas ganas de ver a Jasper, pero quería tener la mejor boda que se hubiera visto. Deseaba tener todo preparado para ese día, que no me faltara ni un solo detalle. Quería que todo saliera perfecto.

Ahora, estaba en busca del vestido de novia perfecto, de seguro los mejores diseñadores tendrían algo que podría interesarme, y en caso de que no fuera así, podría hacerlo yo misma.

Pase por todas las tiendas en las que supuestamente pude haber conseguido el vestido, pero en ninguna de ellas encontré nada como el que pasaba por mi cabeza. Así que les pedí a mi madre y a mi hermana que me acompañaran a una tienda donde vendieran telas para confeccionar mi propio vestido, el mejor de todos.

Compré varios estilos de telas para mi vestido, y me apresuré a salir del centro comercial. Era la primera vez que dejaba lugares de compras por ir a casa, pero la verdad es que deseaba tanto verlo, que el resto de las compras se podían quedar para después. Por ahora ya tenía lo que necesitaba.

Aquello a lo que los humanos llaman celos

Capítulo 26 -Regresando a casa

ESME´S POV

¡Por fin el resto de mis hijos regresaría, después de casi dos meses de estar lejos! Los esperaba ansiosa dentro de la casa. ¡Tenía muchas ganas de verlos!

Dejé de caminar inquieta por toda la casa cuando escuché que la puerta de la casa se abría por fin. Mi espera había terminado, ¡mis hijos habían regresado!

-¡Mami! –gritó Emmett cuando entró a la casa. -¡Te extrañé! –me levantó del suelo y comenzó a darme vueltas.

-Ya basta, Emmett –le ordenó Rose de manera impaciente. –Yo también quiero saludarla.

-Pero…

-Ya habrá tiempo para más abrazos –le prometí, en cuanto mis pies tocaron el suelo.

Abracé a Rose con fuerza, y después me dirigí a dónde se encontraba Jasper.

-Me alegro que todo se haya arreglado –le dije mientras me abrazaba.

Luego me dirigí hacia dónde estaba Alice.

-¡Mamá! –exclamó abrazándome.

-Te extrañé, pequeña –afirmé. –Me alegra que hayas regresado.

Me contaron sobre su viaje, de todo lo que habían estado haciendo y sobre la reconciliación de Jasper y Alice. Definitivamente, aquel había sido un viaje muy interesante, y varias cosas habían pasado mientras estaban lejos de casa. Las horas pasaban y pasaban y las historias sobre el viaje continuaban, hasta que…

-Tenemos una gran noticia que darles –intervino Alice después de unas cuantas horas. Tomando la mano de Jasper. -¡Nos vamos a casar!

¡Sabía que esto pasaría algún día!

Realmente me sentía feliz por ellos. Después de todos los problemas que habían pasado, merecían ser felices.

JASPER´S POV

Dejé a Alice por unos días para ir de cacería con Emmett. Sin embargo, ahora que me encontraba aquí en el bosque, a tan sólo unos kilómetros de casa, me sentía ansioso. No me gustaba dejar sola a Alice después de todo lo que ocurrió.

Deseaba saciar mi sed lo más pronto posible para regresar al lado de mi ángel. Sin embargo, estaba durando más que de costumbre en la cacería… pero después de haber bebido la sangre de María, me sentía más hambriento que nunca.

-¿En qué piensas, Jasper? –me preguntó Emmett, sacándome de mis pensamientos. –Acabarás con cada uno de los animales de este bosque, y no me dejarás ninguno.

-Lo lamento. Creo que es un efecto secundario por beber la sangre de María –dije un poco avergonzado. –Pensaba en Alice. No puedo sacármela de la cabeza –le aseguré. –Ahora entiendo lo feliz que eres con Rose.

-¡Te vas a casar, hermano! –exclamó con emoción, haciendo una danza misteriosa. –Ya era hora de que esto sucediera. Alice estuvo esperando este momento por años.

-¿A dónde vas? –interrogué al ver que comenzaba a alejarse.

Tardó unos cuantos segundos en regresar, disfrazado de una criatura extraña.

-E.T llama a casa –respondió, sacando unos utensilios muy raros.

-¿De qué estás disfrazado, Emmett? –pregunté sin poder aguantar la risa.

-De marciano, ¿de qué más? Hoy iremos a Marte –murmuró, como si fuera algo obvio. –Nuestra nave llegará pronto.

-Los marcianos no existen –intenté convencerlo. –No vendrá ninguna nave.

Intenté convencerlo durante horas; sin embargo, él no parecía escucharme, así que me dispuse a continuar con la caza.

ALICE´S POV

No me gustaba estar lejos de Jasper ahora que ya todo estaba bien entre nosotros. Sin embargo, ahí estaba yo, en esa tortuosa tarde, esperando a que él regresara de cacería. Pero apenas habían pasado unas cuantas horas desde que Emmett y él se habían marchado, y aún faltaban dos días más para que regresaran.

Estaba feliz de estar de vuelta en casa, de ver a mi hermano y a mis padres, pero extrañaba a Jasper cada vez que no estaba conmigo.

Me senté sobre nuestra cama, y comencé a recordar los inicios de nuestra vida juntos.

*FLASH BACK*

No sabía en dónde me encontraba. Lo único que recordaba era mi nombre. Sin embargo, no lograba recordar más. No sabía si tenía familia, amigos o algún lugar a dónde pudiera ir…

Por más confundida y desesperada que estuviera, algo me decía que tenía que continuar con mi camino, que tal vez, más allá del camino oscuro que tenía frente a mis ojos, estaba el verdadero camino a la felicidad.

Caminé durante días con dirección al Norte, como mi instinto indicaba, pero estaba hartándome de caminar sin conseguir nada.

Me detuve en una posada que estaba en medio del camino. Si mi instinto estaba engañándome, y nada más me estaba ilusionando con algo que no existía, debía pensar en ello.

Pedí una habitación con el poco dinero que llevaba conmigo y pasé la noche pensando en lo que podía hacer. El dinero pronto se me acabaría y el cuerpo de las personas destilaba un olor tan dulce que me hacia la boca agua.

De vez en cuando, cuando la tentación era mucha, solía llevar humanos a algún callejón oscuro, me bebía su sangre, y dejaba el cuerpo tirado en algún lugar lejano. También, cada vez que le quitaba la vida a algún humano, le quitaba el dinero que llevaba.

(…)

Los días pasaban sin ninguna novedad. Mis esperanzas se iban desvaneciendo y el cielo azul de mis pensamientos, se tornaba cada vez más gris.

El día en el que me disponía a iniciar un nuevo viaje, una imagen mental vino a mí. Se trataba de un joven muy atractivo de cabello rubio, de ojos color dorado. Era el chico más guapo que había visto en toda mi vida. Él caminaba por un bosque extraño y después entró a una posada idéntica a esta para refugiarse de la lluvia. Pero había algo especial en él… lo sabía, él era como yo. Luego, la imagen desapareció como por arte de magia.

Miré hacia la puerta, pero él no estaba ahí. ¿Acaso había soñado despierta? No, no creo poder llegar a imaginar a un chico tan atractivo como aquel.

Esperé horas, días y hasta semanas. Sin embargo, yo seguía esperándolo.

Sabía que él existía, que era real, y que tarde o temprano iba a llegar a este lugar. Lo presentía.

Cada vez que la puerta se abría, levantaba mi mirada para ver si era él.

Tardes llenas de decepción era lo único que conseguía. Tal vez él no existía.

Sin mucho ánimo, continué esperando… hasta que un buen día, por fin la puerta del lugar se abrió, y él apareció.

Salté del taburete de la barra en donde estaba sentada, y caminé hacia él.

El chico parecía contrariado con mi presencia. Esperaba que lo atacara o algo así. Sin embargo, se relajó un poco cuando le sonreí.

-Me has hecho esperar mucho –le dije finalmente.

-Lo siento mucho, señorita –me respondió, agachando un poco su cabeza.

Le tendí la mano y él, sin pensarlo dos veces, la tomó.

Pasamos varios días juntos en la posada. No me quería separar de él ni un solo instante, más que cuando debía ir a "dormir".

Después de varios días de empezar un nuevo viaje juntos, me contó sobre su vida, de una chica llamada María, de cómo ella lo había transformado en lo que era ahora, en todas las guerras en las que había estado, y de por qué había dejado a María.

Escuché su historia en silencio. Una vez que esta terminó, tomó su mano suavemente y le sonreí. La verdad es que lo comprendía a la perfección. Yo también me sentía horrible con todo esto.

No me importaba su pasado, no me importaba que hubiera matado a cientos de humanos. Después de todo, yo también lo había hecho… Tampoco me importaban las guerras en las que había estado ni la cacería de vampiros. Lo único que me importaba era tener un futuro junto a él.

No le pude contar mi historia, ya que no recordaba nada sobre mí. Lo único que pude decirle fue mi nombre…

*FIN DEL FLASH BACK*

Sabía que no me había equivocado. Jasper desde el principio fue la persona para mí.

Desde la primera vez que lo vi en aquella visión, supe que entre nosotros había un lazo muy fuerte, que iba más allá de cualquier obstáculo que se pudiera interponer en nuestro camino.

ALEXANDER´S POV

Caminaba con dirección al sur, con la mente completamente en blanco. Después de lo que había ocurrido con Alice, prefería no hacerlo.

Era un cadáver viviente, uno que por más que no tuviera más razones para seguir caminando por este mundo, lo hacía sólo porque era su deber, su maldición.

Caminé sin mirar lo que hacia, ni a dónde iba. Sin embargo, cuando por fin decidí hacerlo, me sorprendió lo que vi. Frente a mí, estaba el cuerpo de una chica de unos veinti un años. De cabello negro en la parte de arriba, y la otra mitad de abajo color celeste; iba vestida de negro, sus facciones finas y su piel blanca. Parecía estar herida.

Me acerqué a ella para saber en que condición se encontraba. Sin embargo, medicamente, no había manera de salvar su vida. Su cuerpo estaba mutilado, lleno de cortes y moretones y había perdido mucha sangre. Su vida dependía de mí, ahora que sus minutos estaban contados.

Parecía una chica interesante, de esas que tiene una historia misteriosa que contar.

La tomé entre mis brazos con mucho cuidado y la llevé a una casa abandonada que conocía a un minuto de dónde nos encontrábamos. Cuando se lleva tantos años vagando por el mundo como yo… se conoce todo el mundo como la palma de la mano.

Sólo esperaba que ella pudiera resistir hasta que llegáramos.

Tuve que entrar apresuradamente a la casa, cuando escuché que su respiración se debilitaba cada vez más, y los latidos de su corazón eran débiles e inconstantes.

Algo me decía que debía salvarla, no sabía si por curiosidad, interés o por alguna otra razón. De lo único de lo que estaba completamente seguro era que debía salvarla.

Cerré la puerta del lugar y la mordí para sacar de su cuerpo más sangre por si estaba contaminada por alguna clase de veneno que dificultara su transformación.

Me hice una cortada en la mano, y dejé que ella bebiera de mi sangre. La escuché gemir por el dolor que le provocaba la muerte.

Me alejé un poco de ella mientras se retorcía en el suelo. Esperé unos cuantos minutos, hasta que ella por fin abrió sus ojos.

-¿En dónde estoy? –preguntó confundida. -¿Cómo fue que logré sobrevivir?

-Es una casa abandonada –le respondí ayudándole a levantarse. –La verdad no sobreviviste, tuve que convertirte en vampiro para salvarte.

Me miró como si estuviera loco y empezó a reír.

-Sí, claro –rió con aún más fuerza. –Los vampiros no existen, y yo creía que la loca era yo.

-No le veo la gracia –refunfuñé. –Me diste muchos problemas.

La miré severamente, y ella pareció entenderlo.

-¿Los vampiros existen y yo soy una de ellos? –preguntó. -¡Genial! –agregó alegremente.

-No le veo lo genial –gruñí entre dientes, comenzando a caminar hacia la puerta.

-¡Señor vampiro! ¡Espéreme! –chilló fuertemente.