martes, 16 de marzo de 2010

Aquello a lo que los humanos llaman celos

Capítulo 17 -Encuentro con el destino

EMMETT´S POV

Algunos meses habían pasado desde que Alice se había marchado; no estaba seguro de cuántos, pero ya las cosas estaban mucho más tranquilas, y eso me había hecho ver que estaba cometiendo una grave equivocación…

En este momento, Jasper, por más que estuviera pagando por las cosas que había hecho, estaba sufriendo como nunca antes. No hace falta ser adivino para saberlo: la agonía y el dolor estaban grabados en su rostro y muy pocas veces salía de su habitación. Pasaba los días sentado en su cama, con la mirada perdida en la nada.

No me gustaba verlo así. Jasper era mi hermano, después de todo, y por más que no estuviera de acuerdo con las cosas que hacía, nuestra hermandad nunca cambiaría. La familia es la familia.

Definitivamente, me sentía como un perfecto idiota, le había dicho cosas horribles a Jasper sólo para sentirme mejor conmigo mismo, y al final, de nada me había servido.

Tenía que sacarlo de aquella burbuja de desesperación que lo rodeaba, parte de ello también era mi culpa. Debía disculparme y arreglar todo lo que había hecho mal.

-¿Qué sucede? –preguntó Rose, quién estaba arrecostada contra mi pecho. –Estás muy extraño el día de hoy.

-Sólo estaba pensando en algunas cosas… -murmuré, sacudiendo la cabeza de un lado al otro para sacar las ideas que me atormentaban. –Nunca había peleado de esta manera con nadie. Me siento frustrado, Rose, me siento perdido.

-Intenta hablar con él –me alentó. –Te aseguro que te sentirás mejor, y él te lo agradecerá mucho.

-De acuerdo –asentí. –Creo que puedo con esto…

Rose se levantó del sofá en el que estábamos sentados, y me tendió su mano para ayudar a levantarme. Por fin lo hice.

-Anímate –dijo, poniendo su mano en mi hombro. –Todo saldrá bien.

La besé profundamente durante unos minutos, para después abrazarla con fuerza.

-Te amo –le susurré al oído, antes de separarme de ella.

(…)

Ahí estaba él, acostado en su cama, con aquella expresión de tristeza y agonía que lo caracterizaban en los últimos meses.

-Necesito hablar contigo un momento –le pedí abiertamente. –Quiero pedirte perdón por lo de aquel día. No estoy de acuerdo con lo que le hiciste a Alice, pero también dije cosas que no eran ciertas.

Me miró durante unos segundos, y después sonrió con alivio.

-Yo la amo, Emmett –murmuró con dolor. –No sabes cómo me duele saber que nunca volverá.

-Sé que la quieres, Jasper –respondí, caminando de un lado a otro del cuarto. –Hay algo que aún no comprendo: no comprendo la razón para engañar a Alice. Ella te adora, y eso nadie lo cambiará nunca.

-Quiero verla –afirmó, aún con la mirada perdida. –Quiero buscar a Alice.

-Tienes que tener presente que ella puede estar en cualquier parte del mundo –mencioné. -¿Aún así estás dispuesto a buscarla?

-Sí.

-Entonces, Rose y yo iremos contigo –me ofrecí. –Te ayudaremos.

Jasper se levantó de su cama y comenzó a caminar de un lado a otro.

-De acuerdo…

Comencé a reír, ahora todo este asunto parecía más divertido.

-Bueno… -comencé a decir. –Ahora que ya todo se arregló, vuelves a ser mi hermano.

Ambos reímos alegremente. ¡Finalmente el problema había quedado en el olvido!

Ayudaría a Jasper con Alice; sabía que ellos se amaban. Era como si hubieran nacido para estar juntos; sería una lástima que todo terminara así.

ROSALIE´S POV

Emmett subió las escaleras para hablar con Jasper, dejándome sola con mis pensamientos. Me senté en el sofá en el que habíamos estado anteriormente.

¿Por qué la vida era tan injusta? ¿Por qué cuando encontraba a un chico que en verdad me quisiera, ya la vida de ninguno de los dos era normal?

Me hubiera gustado tener la vida como la de cualquier humano junto a Emmett. De vez en cuando, imaginaba nuestra vida rodeada de niños, algunos rubios y otros de cabello negro corriendo detrás de su padre.

Todas aquellas imágenes me perturbaban. Esa era la vida que siempre deseé para mí, y ahora, todos mis sueños estaban arruinados por un hombre.

Emmett siempre intentaba hacerme sentir mejor diciendo que no importaban los niños, que no le importaba nada que no me hiciera sonreír, que él solo quería estar a mi lado. Quería hacerme feliz.

Él me amaba, me lo había demostrado cientos de veces, y estaba comenzando a convencerme de que la eternidad no sería tan tortuosa mientras él estuviera a mi lado; mi vida era simplemente perfecta.

Era muy feliz junto a Emmett; gracias a él, todo en mi vida tenía sentido. Junto a él había vivido los mejores momentos de mi vida.

No me arrepentía de haberlo elegido, y nunca lo haría.

Lo amaba como nunca antes había amado a nadie.

Debía admitir que su cara de niño me había incentivado a salvar su vida, a tal punto de pedirle a Carlisle que lo convirtiera para mí.

Su forma de ser me cautivó de inmediato, y en solo unos meses, me tenía en sus brazos, dándome mi primer beso verdadero; uno como el que siempre había soñado… uno en el que la pasión predonominaba, pero no existía ni un solo rastro de lujuria.

Sonreí para mí misma. Finalmente me había dado cuenta de que no necesitaba ser humana para ser feliz. Emmett me había enseñado con su amor que la vida eterna no era tan mala si estábamos juntos.

ALEXANDER´S POV

Alice y yo caminábamos por las calles del norte de Alaska. Ella se detenía a cada instante frente a las vitrinas de las tiendas para mirar la nueva moda; según ella, pronto necesitaríamos renovar nuestro guardarropa.

-¡Mira eso! –exclamó, tomándome del brazo para llevarme a una tienda. –Creo que eso se te vería muy bien, ¡y eso también! –dijo, señalando un par de camisas que estaban en el mostrador de una tienda.

-Alice, esto es…

-Necesario –finalizó ella -¡Es perfecto, Alex!

-Es innecesario –le solté.

-Es broma, ¿verdad? –dijo, haciendo un puchero.

-Claro que sí –le respondí, riendo un poco. La verdad, no me importaba mucho, pero las compras la hacían feliz. –No es verdad lo que dije.

Caminamos durante todo el día. Alice parecía querer conocer toda Alaska en un solo día.

-Creo que podemos terminar el paseo por hoy –murmuró. –Se hace tarde…

La llevé a una pequeña posada, pedí dos habitaciones y me despedí de ella.

Tenía un mal presentimiento con respecto al día siguiente. Sin embargo, no quería preocuparla por una tontería como esa… después de todo, era sólo un simple presentimiento.

Me dirigí a mi habitación, encendí la pequeña televisión, que se encontraba sobre una mesa, y fingí mirarla durante toda la noche, ya que estaba absorto en mis pensamientos.

(…)

Al día siguiente, salí de mi cuarto faltando unos minutos para las seis de la mañana. Suponía que Alice aún no salía, pero me equivoqué. Ella me estaba esperando afuera con impaciencia.

-Hola –la saludé. –Espero que no hayas tenido que esperar mucho…

-¿Esperar mucho? –preguntó con enfado. –Salí de mi habitación al amanecer… ¿qué tanto estabas haciendo?

-Pensé que te quedarías más tiempo en tu habitación… lo siento mucho –me disculpé. –¿Te parece si comenzamos a caminar ahora?

-Claro…

Caminamos durante unos cuantos minutos, y de repente, ella se detuvo de la nada… se puso pálida como un fantasma… más pálida de lo que ya era, y por más que intenté hablarle ella nunca respondió…

¿Qué habrá visto que la puso de esa manera?

MARÍA´S POV

Comencé a dirigirme hacia las zonas más concurridas por los vampiros: los lugares más fríos que pudiesen existir. Pensé en todos los posibles lugares y por fin decidí dirigirme a Alaska, ya que era el lugar perfecto, por la época del año.

Estaba casi segura de que la niña se había marchado sola de su casa y, si las cosas eran así, también sería más fácil acabar con ella.

Me sentía emocionada, quería terminar cuanto antes con todo esto para tener a Jasper a mi completa disposición…

Si tenía suerte, podría encontrar a la chica hoy, y regresar en tiempo record a buscar a Jasper.

Sólo debía encontrar a la tal Alice, pero era tan pequeña que se podía perder en cualquier lugar… ¿En dónde podía estar?

Mientras caminaba por las grandes calles de Alaska, algo llamó mi atención… la había encontrado muy rápidamente, pero ella no estaba sola.

Un chico la acompañaba, un chico que, si no me equivocaba, me había dado varios dolores de cabeza en el pasado.

Alexander Luxctenth, guerrero famoso de un ejército de vampiros, nos había arrebatado muchos territorios en el pasado. Tal vez si él se unía a mí, Jasper sólo tenía que ser un pequeño peón en mi pequeño juego.

Me acerqué para poder observarlos mejor, si mi plan funcionaba, pronto Alexander estaría de mi lado. Sólo tenía que saber actuar un poco y esperar a ver que pasaba.

ALICE´S POV

Alex aún se encontraba en su habitación; me preguntaba qué tanto estaría haciendo ahí adentro. Ya era tarde, faltaban sólo unos minutos para las seis. ¡Había amanecido hacía casi una hora!

Me dispuse a esperarlo por fuera de su habitación, dispuesta a derrumbar la puerta si no salía pronto.

-Hola –me saludó. –Espero que no hayas tenido que esperar mucho…

-¿Esperar mucho? –pregunté con enfado. –Salí de mi habitación al amanecer… ¿qué tanto estabas haciendo?

-Pensé que te quedarías más tiempo en tu habitación… lo siento mucho –se disculpó. –¿Te parece si comenzamos a caminar ahora?

-Claro…

Me molestaba el hecho que Alexander se haya retrasado tanto… Había muchas cosas que ver y él se daba el lujo de retrasar todo.

A Alexander no le gustaba nada que tuviera que ver con la moda. Lo sabía, por más que él intentara esconderlo para hacerme sentir mejor.

-¿Qué te gustaría hacer hoy? –le pregunté, siempre hacíamos lo que yo quería. Eso tampoco era muy justo.

-Bueno, hay varias galerías de arte por aquí –mencionó. –Podríamos ir, si no te molesta…

Íbamos por la mitad del camino, cuando lo vi. Me pareció que era un espejismo. ¿Acaso la maldición de irme de casa me estaba siguiendo? ¿Qué estaba haciendo aquí?

Me paralicé por completo. Mis pies parecían estar pegados al piso; mi cuerpo dejó de funcionar a mi libertad.

Podía escuchar la voz preocupada de Alex a mi lado, pero no podía responder por más que deseara hacerlo.

La única pregunta que pasaba por mi cabeza una y otra vez era: ¿Por qué?

JASPER´S POV

Ese mismo día comenzamos nuestro viaje en busca de Alice.

Por supuesto, Edward se negó rotundamente a acompañarnos. No quería dejar sola a Bella.

Nos dirigimos al Norte de Alaska. Sabíamos que era la mejor época del año para ir a visitar ese estado.

Por desgracia, con Rose y Emmett comenzaba a sentirme incómodo. Ellos eran pareja, y no dejaban de demostrar su amor cada vez que podían.

Extrañaba a mi pequeña Alice; deseaba su compañía; añoraba sus besos y sus caricias. Aunque sabía que no me las merecía.

Ella era demasiado buena para mí, era consciente de eso. Sin embargo, no iba a perderla. Yo lucharía por su amor.

Tomamos el último vuelo de esa noche con destino a Alaska, y después de unas cuantas horas de vuelo, por fin llegamos a nuestro destino.

Nos dirigimos primero a una posada para dejar nuestro equipaje, y como apenas eran las ocho de la mañana, salimos para comenzar con la búsqueda.

Como en los últimos meses, yo iba sin muchos ánimos… tan sólo quería encontrarla. Sin ella no podía ser feliz, y estaba seguro de que Emmett y Rosalie también lo notaban, ya que de vez en cuando intercambiaban miradas preocupadas entre ellos.

Las calles de Alaska eran siempre las mismas. No había nada de especial en ellas; nada que valiera la pena para mí al menos, pero aún y así pasaba mi mirada por casa rincón en busca de la mujer que amaba.

-¡Alice estaría feliz aquí! –exclamó Emmett, deteniéndose frente a una tienda junto con Rose. -¡Mira todo esto, es todo un palacio de modas!

Su nombre… con sólo escuchar el nombre de Alice, sentía un gran vacío en el estómago… Era desesperante.

-Sigamos, ¿quieren? –los apresuré.

Dimos unos cuantos pasos más, cuando la vi…

En un rincón, escondida, se encontraba María. Tenía aquella sonrisa tan típica de ella cuando estaba planeando algo.

¿Qué demonios estaba haciendo aquí María? ¿Qué era lo que estaba buscando? ¿También estaba buscando a Alice, o estaba aquí por otra razón?

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